Capítulo 22 √

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Capítulo 22 =No lo puedo creer

.*Anna*.

En lo que oí los gritos de esa mujer y los de Josefina me apresure a salir de mi habitación. Se suponía que ella estaba en México y no regresaría hasta dentro de dos semanas.

¿Qué la hizo volver antes de tiempo? No lo sé, pero algo me decía que venía a restregarme en la cara que Adolfo era de ella, como hizo la otra vez, y no podía permitir que viera a Velika; podría lastimarlo solo para verme sufrir, el cual era su pasatiempo favorito.

—¿Qu pasa… ¡FINA BAJA ESA ARMA!  —digo de forma alterada cuando veo a Josefina apuntando con una daga a la tarántula.

Varias veces hablamos de cómo debíamos matar a esa sucia alimaña, pero era sólo bromeando, nunca dijimos que ejecutaríamos uno de los planes.

  —¡POR FIN LA ZORRA SALIÓ DE SU ESCONDITE! —Escupió su veneno en lo que sus ojos se posaron en mí.

—Hasta donde yo sé, la única zorra de esta casa eres tú o se te olvidó que te metiste con un hombre CASADO —salió Josefina en mi defensa, como siempre, e hizo énfasis en la última palabra.

—No te metas en esto, gata —le dijo a Fina. —Además, yo no me metí con él. Adolfo vino a buscar en mí lo que no tenía ni tendrá nunca con ella —me miró de arriba a abajo, reparando en mi soso pijama de Hello Kitty y sonrió con superioridad

En otras circunstancias o quizás días atrás me hubiese sentido apabullada, intimidada y abrumada por esta mujer, pero hoy no. Hoy me siento renovada, más fuerte, más valiente y llena de viva.

—Querida, —solté una sonora carcajada —él te buscó porque yo lo rechace. Entiende que la primera opción siempre fui y seré yo —la expresión de Sophie se endureció ante mi respuesta mientras Josefina me observaba con la boca abierta.

La veces que Sophie había entrado en mi habitación a humillarme yo no me defendí, dejé que hablase todo lo que quisiera, total nada me importaba, pero ahora todo cambio, no pienso dejarme ella hinca pase por encima de mí nunca más.

—Eso no es así, él me conoció a mí primero, su primera opción soy yo porque su amor es solo mío —aseguró y Josefina comenzó a reírse.

—Si hubieses visto lo que yo vi no dirías eso —comentó entre risas.

—¡¿QUÉ FUE LO QUE VISTE, IGUALADA?! —exigió saber y para desviar la atención de mi amiga hablé:

—Sophie —su ojos me enfocaron —estás cociente de que si yo acepto a Adolfo como mi mate tu sales ipso facto de nuestras vidas —ella apretó sus puños. —Y si sigues metiéndote conmigo o con las personas que quiero lo haré solo para joderte.

Mi amenaza aumentó más la rabia que sentía la oxigenada, porque estaba que echaba humo por las orejas.

'Te felicito, jamás pensé que le dirías sus verdades a la tarántula' —opinó Pepe.

—¡TE MATARÉ ASÍ TENDRÉ EL AMOR DE ADOLFO SOLO PARA MI!  —gritó y en menos de un segundo le quitó la daga a Josefina y se me vino encima.

Ambas caímos al suelo, ella arriba de mi, y comenzamos un forcejeo por el arma. Mi fuerza no se comparaba con la suya, pero debía luchar por mi vida. En sus ojos no se reflejaba más que locura y ansias de sangre. Ella quería verme muerta y no podía darle el gusto, no ahora que tenía dos motivos para vivir; mi hijo y Velika.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Where stories live. Discover now