Verdad que mata 2/2 √

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.*Anna*.

Nunca el camino al despacho de Adolfo se me había hecho tan largo y lleno de incertidumbre.

«Diosa Luna, por favor ya hemos avanzado en nuestra relación, no permitas que retrocedamos» -le pedí, ya qué que él debía estar furioso conmigo por el beso que Luis me dio.

-No dejaré que entras sola allí -Habló Luis cuando nos detuvimos frente a las enormes puertas color caoba. -Estamos juntos en todo -intento tomar mi mano y yo la aparte.

Ni loca pensaba entrar al despacho de Adolfo con él y mucho menos agarrados de las manos.

-Te agradezco tu preocupación, pero no es necesario que entres conmigo, Luis... -al decir su nombre me vio directamente a los ojos y éstos volvieron a brillar.

«¿Cómo es posible que él también sea mi mate? Eso no tiene sentido» -me pregunto mientras observo sus ahora dorados ojos.

«En el pasado se encuentra la respuesta» -dice la dulce voz que escucho cada noche en mis sueños.

-Anna, -la mención de mi nombre me cohibió de hablar con ella, como en otras veces -ese hombre es despreciable, quién sabe que te pueda... -lo interrumpi con un movimiento de mi mano.

-Estás muy equivocado, él jamás me podría un dedo encima, además el problema lo debemos resolver él y yo, como la pareja que somos -el rostro de Luis se descompuso por mi comentario, pero debía dejarle claro que había decidido quedarme con el padre de mi hijo.

En un principio dude si esa era la mejor decisión, pero de camino aquí me di cuenta que era la correcta, porque lo que Adolfo me hacia sentir era más fuerte, más intenso y más real de lo que sentí alguna vez por Luis.

-El alfa dice que pase -me comunicó el jefe de mis guardaespaldas antes de abrirme la puerta.

-Estaré aquí afuera, cualquier cosa grita y entraré a rescatarte -me informa Luis antes de unirse al grupo de guardias.

Yo respiré profundo, le di una última mirada a Luis y entré con un poco de miedo al despacho. No tenía miedo de mi marido, sino de la actitud que pudiese adoptar ahora que su rival estaba aquí.

Nuestra relación a penas estaba floreciendo y cualquier eventualidad podría marchitarla y yo no quería eso. Yo quería pasar mi vida con él, porque en sueños nos he visto llegar a viejitos, muy felices y unidos.

En lo que atravesé el umbral lo busqué desesperadamente con la mirada por toda la estancia, al no hallarlo en su escritorio, y lo encontré con la mirada perdida tras la ventana.

-Ya sé que él está aquí -dijo sin rodeos en lo que la puerta se cerró tras de mí. -Y también sé que cambiaste de opinión al verlo -agregó sin darme la cara, pero por el sonido de su voz deduje que estaba conteniendo las ganas de sollozar.

Últimamente el embarazo lo tiene muy sensible.

-¿A Qué te refieres? -cuestiono sin comprender absolutamente nada.

-No tienes que fingir conmigo, sé que aún sientes algo por él -exhala profundamente -por eso Velika se asustó cuando te besó -su campo visual se centró en mí y noté lo rojos e hinchados que estaban sus ojos. -Porque tanto él como yo sabemos que Luis tiene más terreno ganado en tu corazón que yo.

Los engranajes de mi cerebro se movieron cuando comprendí el sentido de sus palabras y con ello entendí el porqué del agobio tan grande que sentía; él creía que lo abandonaría por estar con Luis.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Where stories live. Discover now