Capitulo 35

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—Bueno Severus, la verdad algunos creen eso.—contesto Charity por el profesor Lupin, no quería que le informara quien invento tremenda estupidez sabía que Snape se enojaría con ella y no estaba dispuesta a aguantar sus reclamos.—Verdad _______... ¿que tú también lo crees?.—dijo haciéndole una seña a su amiga para que respondiera.

—Si, medio Hogwarts lo cree.—contesto la chica sacando del sobre dos pergaminos.

—No se que les hace pensar eso.—dijo Snape indignado cruzándose de brazos.—Se que Aurora es muy bella...—una risa lo interrumpió.

—Severus, que buen chiste.—dijo la rubia riéndose. Snape le dio una cara que daba a entender que no era chiste.—Severus donde ves que esa cosa que está siendo picoteaba es bella, necesitas lentes... no ves que la pobre lechuza de seguro se espantó con su cara y tú dices que es bella. Además si dejamos afuera su cara por dentro está peor, es amargada, hipócrita, chismosa, zo... mejor no sigo.

—Charity, es el punto de vista de Severus, cada uno ve de diferente manera a las personas.—hablo Remus que estaba escuchando todo.

—Concuerdo con Remus.—dijo Jess que estaba leyendo la carta.—Además creo que harían una linda pareja.—dijo como si no le tomara importancia, pero en el fondo se detesto por decir aquello.

Severito la volteó a ver... ¿acaso no le daba algo de celos? Pensó que como no se llevaba bien con Sinistra, Potter se iba molestar o algo cuando dijo que era bella, pero no ahí estaba ella leyendo su carta tranquilamente y con un semblante de felicidad al leer. Todavía se le ocurrió decir que harían linda pareja, cuando eso es mentira, él jamás haría linda pareja con Aurora.

—La lechuza se llama Er...

—¡Errol!.—la interrumpió el grito de Ron que iba en busca de su lechuza, estaba algo apenado.—Lo siento profesores.—se disculpó con Filius y Aurora. El profesor de encantamiento le entregó su ave, que ya había logrado agarrar hace apenas un momento.—Otra vez me disculpo con el comportamiento de Errol, es hago torpe pero jamás había echo algo como esto.—dijo el pelirrojo que estaba igual de rojo que su cabello.

—No hay problema mi niño.—dijo algo hipócrita Aurorita revolviéndole el cabello a Ronald.

—Hay que tener mucho cuidado con él.—le recomendó Flitwick mientras se peinaba.

—Si profesores, con su permiso.—se despidió muy educadamente el penúltimo de los Weasley.—Eres un ave muy tonta, te imaginas si me expulsaban por tu culpa.—lo iba regañando mientras caminaba hacia la mesa Gryffindor, iba exagerando su regaño pero tenía mucha vergüenza con medio comedor así que tenía que reclamarle al ave.—Perdiste la carta otra vez Errol.

—Creo que es mejor que le avise a Ron que a mí me trajo la carta, no quiero que regañe a la pobre ave después de que me hizo el día.—les dijo levantándose de su asiento.—Nos vemos luego.

Los tres profesores se despidieron dándole una sonrisa.

Lupin, puso su mente a pensar le daba curiosidad saber ¿quien le había mandado la carta? Era una lechuza de la familia Weasley era lógico el niño pelirrojo agarró el ave...¿acaso la mamá de ellos fue la que le mandó la carta? Pero es que se veía tan feliz, para ser una mamá, ¿se llevaba con ella? O ¿qué? Eran muchas preguntas sin respuesta, le daba mucha curiosidad saber ¿quien era? y por que cuando leía se le salía una sonrisa.

Snape, por su parte cuando vio que el niño pelirrojo, se acercó al ave; supuso de quien era la ¡maldita carta! Con razón Potter estaba tan feliz y le valía lo que decía de Aurora, dijo que controlarías su celos; lo intentaba pero era muy difícil, quería ir y romper esa estupida carta, ¡uy! estaba muy enojado que casi le salía humo de las orejas.

𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora