Capitulo 81

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El verano de 1995 ha sido el peor de los veranos que ha tenido Harry Potter, hasta la fecha. Basta decir que para que ocupara ese puesto tuvo que quitarle el primer puesto al año 1993 y pasar al año 1992. Esos dos años para Harry, fueron horroroso, tanto que siempre pensó que ningunas otras vacaciones serian peor. La semana aguantando las ofensas de la tía Marge o el estar encerrado como un prisionero, eran cosas insuperables.

Hasta que llego 1995. Aguantar las noches y momentos en que piensa en la muerte de Cedric Diggory, haciéndolo sentir culpable... aunque, si lo era ¿no? Si él no le hubiera dicho que tomaran juntos la copa, Cedric seguiría con vida. Todos le dicen que no debe cargar la culpa, que todo lo que paso no fue por causa de él. Para todos era tan fácil decirlo, sin ni siquiera ponerse en su lugar. Él fue el que presencio como Cedric cayó al suelo inerte, como salió disparado aquella luz verde de la varita de Peter Pettigrew, que le arrebató la vida a su compañero.

Oh. Peter Pettigrew, la escoria aliada de Voldemort. Se arrepiente de haberlo librado de la muerte. Lo salvo para que no hubiera ningún asesinado. ¡Ja! Que tonto fue. Pettigrew termino matando a un joven inocente. Que rabia. Si hubiera permitido que Sirius y Lupin lo mataran, todo sería diferente; Cedric no hubiera muerto y Voldemort no hubiera regresado.

Con Voldemort de regreso, muchas cosas malas pasaran—o, ya están pasando— y eso es su mayor temor. No ha pasado ni un solo día en que no escuche el noticiero con la preocupación de oír que han asesinado a alguien o sucesos extraños están ocurriendo. Al igual que siempre checa la portada del profeta, y así verificar si se menciona a Voldemort o algunas de sus atrocidades; al no ver nada referente de aquel mago tenebroso, en la página principal, avienta el ejemplar a un rincón de su habitación. No le interesa otra cosa que no sea Voldemort.

Pero tal parece que Voldemort ha desaparecido del a faz de la tierra, porque nadie le dice nada referente a él. Hermione y Ron—los cuales parecen estar juntos— no responden nada a sus preguntas que le hace por carta, solo hablan de tremas triviales y que pronto le dirán algunas cosas. Sospecha que ellos ocultan algo. ¿Por qué no le quieren contar nada?, sino fuera por él, nadie sabría que Voldemort regreso. Que nadie le diga nada, lo hace enfadar. Estas últimas semanas ha estado muy irritado, algo que no pasaba con él muy seguido. Se mente de idea de que se si encuentra en ese estado de cólera, es por la manera en que sus amigos lo ignoraran, y claro que, Hermione y Ron, no son los únicos que lo están evitando.

Su tía _____, también lo está haciendo. Su tía le había prometido venir a buscarlo lo más pronto posible... ¡ha pasado más de un mes y no llega! Espero que llegara a buscarlo el 12 de julio—cumpleaños de su tía—, no ocurrió eso, espero aun esperanzando el día siguiente, y así estuvo esperándola, hasta que llego el cumpleaños de él, en el cual tenía más esperanzas de que apareciera. No lo hizo. Solo le mando una felicitación por carta y su regalo—unas gafas con aumento e impermeables para quidditch, una sudadera de los Chudley Cannons y muchos dulces—. Desde el día en que paso su cumpleaños, perdió las esperanzas a que llegara. Prometió no dejarlo a un lado ahora que está embarazada, al parecer también esa promesa se le olvido, porque si lo esta haciendo. ¡Su tía se está olvidando de él!

Estas semanas, lo ha invadido los pensamientos de que, con la venida del bebé, las cosas no serán las mismas, ya no lo querrán de la misma forma. No quiere pensar eso y se mete una y otra vez las palabras de su tía: «Nada cambiara. Te seguiré queriendo de la misma manera y jamás te hare un lado». Se siente mal, por no creerlas, pero no puede. Al no poder creerle, empieza a formarse una cierta molestia que jamás había experimentado y unas ideas que no pensó que sería capaz de idealizar; el deseo de querer que ese bebé no exista, que se pierda en cualquier rincón o que ni siquiera nazca. Cuando entra en razón de lo que su mente dice, se siente un sucio y más por el hecho de sentirse bien al imaginar, que si pasaran esos sucesos.

𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora