𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫

Capitulo 69

—Estoy embarazada —admito la joven de una manera rápida.

—No voy a caer en otras de tus bromas, mi amor —dijo el hombre lobo dándole una sonrisa.

—Ahora si no es una broma, Remus —____ Potter le extendió un papel—. Mira.

Remus Lupin temeroso, tomo el papel que le extendía la joven. Procedió abrirlo. Estaba temblando, sin embargo, aun no cree en lo que le dice. Su niña, no tenía un buen historial con eso de decir que estaba embarazada. Aun no supera su anterior bromita.

No obstante, hoy era diferente. Sus ojos claros vieron en el papel, escrito con tinta: Embarazada, y venia la marca oficial del Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas.

Sus manos empezaron a sudar. Su mente quedo en blanco. Observada las grandes palabras: E-M-B-A-R-A-Z-A-D-A.

Su ____ estaba embarazada.

—¿Es mío? —pregunto observando a la chica que había, que al escuchar la pregunta había puesto cara de indignación.

—Enserio lo preguntas.

—Respóndeme —se estaba alterando los nervios los tenía a flor de piel.

Él quería escuchar que no era su hijo, que era del pelirrojo o hasta de Severus Snape. No le importaba quien fuera el padre, podría ser quien sea menos él.

No quería que alguien como él, viniera al mundo.

Estaba desesperando por escuchar un no. Mas su sorpresa fue otra.

—No seas imbécil —dijo tratando de aun sonar dura, pero su voz sonaba un poco más aguaba—, eres el único hombre con el que he cogido, Remus.

Eso se resumía en un sí. En un maldito sí, que por primera vez no quería escuchar.

Mierda.

Se llevo a las manos a la cabeza y empezó a caminar de un lugar al otro, paso por cada rincón de la habitación de _____, ahí estaban hablando en privado. Apretó con fuerzas sus cabellos castaños claros, no sabía qué hacer.

—Remus...

—Tenemos que hacer algo —dijo demandante—. No podemos permitir eso. Tú sabes lo que significa que estés embaraza de mí.

—Sí. Pero, ya no podemos hacer nada, ya está. No le puedo decir al feto que se regrese a tus bolas.

—¡¿POR QUÉ LO TOMAS CON CALMA, _____?! ¡TENEMOS UN MALDITO PROBLEMA!

Se estaba alterando de más. Se dio cuenta que se estaba pasando, porque ____ había agachado la cara.

Tomo aire para intentar tranquilizarse.

—Vamos a buscar una solución a este problema que tenemos.

—Mi hijo no es un problema, Remus. Y no vamos a buscar una solución para él.

—____ escúchame —dijo amablemente acercándose a ella para tomarla de los hombros y así ambos se mirarán a la cara—. No quiero hijos y tú siempre lo has sabido, mi amor. Sabes que no quiero que venga un niño a sufrir.

—No vendrá a sufrir.

—Sí lo hará. Y por eso tenemos que hacer algo.

—Ya te he dicho que no hare nada. Mi hijo va a nacer.

—Tan siquiera estás pensando en lo que estás diciendo —mascullo Lupin a medida que sus ojos se entrecerraban.

—Sí —respondió con seguridad.