Capitulo 65

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Hagamos con que hoy es miércoles. Así que, ¡Feliz miércoles!


—¡QUE SEA LA ULTIMA VEZ QUE LA INTETAS TOCAR! —Remus Lupin, tiro un fuerte golpe, en el plexo solar de Severus Snape, provocando que el profesor cayera de rodilla agarrándose el sitio de golpe, y con falta de aire— ¡TE ARREPENTIRAS SI LO VUELVES HACER!

_____ chillo al ver el preciso golpe que le habían dado a Severito. Sabía que dolida mucho. Según los libros muggle que leyó, el plexo solar es una de las áreas más vulnerables del cuerpo. Un golpe ahí es capaz de dejar a la persona completamente noqueada, gracias a la falta de aire.

Severus Snape sin dejarse ver derrotado. Sonrió con malicia.

—No me asusta... un viejo enfermo.

Decir eso fue un gran error de Severus Snape. Remus Lupin, estaba completamente colérico. El pocionista le había dicho en su cara hace un momento que, había arruinado su gran momento de su niña con él. Ese gran beso ardiente y deseos que se moría por dar ambos, y por el cual habían esperado tanto tiempo.

Sí un beso.

Él odiaba que alguien le coqueteara a su niña y odiaba aún más, si alguien se atrevía a tocarla y mucho más si venia de parte de Severus Snape. Esta consiente de esa atracción que existe. No era ciego y mucho menos idiota, se dio cuenta de todo, desde hace un año. Severus no era bueno disimulando y las miradas lascivas, el embobamiento o los celos, eran muy notorios, y rápidamente se podía descifrar que el pocionista sentía algo por su niña. No le tomo mucha importancia, porque al parecer Severus, no hacía nada por acercarse a ella. Pero hoy parece que si quiere estar junto a ella, y él, no lo va a permitir.

Le tiro otro puñetazo, ahora directo a la mandíbula. Haciendo que Snape cayera directo al suelo, con el labio roto. Sin poder pensar con claridad, se subió arriba de él. Otro golpe en la cara. La furia lo apoderaba, apreso el cuello de Severus, estrujándolo con fuerza hasta el punto de logra poner morado al profesor.

Los celos y la luna no era una buena mezcla.

—¡_____ ES MÍA!

—Remus, déjalo —suplica la joven, tratando de separar a Remus de Severus, pero el castaño pesaba mucho y era casi, un caso imposible.

Mierda. En qué momento dejo su varita en su habitación. No ha pisado su recamara desde ayer y, por ende, no la tiene. Creyó que estando aquí no lo iba a necesitar... Hay que equivocada estaba.

¿Por qué demonios no aparece, Albus Dumbledore, en estos momentos?

—¡Por favor, Remus!

El licántropo a escuchar la forma en que se lo pedía, se relajo y alejo las manos del cuello de Severus, no lo quería matar o ¿sí?. Vio al pocionista toser y llevarse las manos al cuello.

—No será tuya.... por mucho, Lupin —se burló Severus y aprovechando que estaba distraído, lo tomo de los hombros con fuerza, lo inclino hacia un lado provocando que el castaño se estampara en el suelo.

Cambiaron de posición ahora era él, que lo tenia listo para matarlo. Impacto su puño en el rostro de Lupin. Rompiéndole así, la nariz y el labio. Sonrió con superioridad al ver el liquido rojo brillante que salía da las partes mencionadas.

—Suéltalo, Snape —dijo la chica, ahora intentado de quitar al hombre.

¡Merlín necesitaba paciencia!

Este par eran iguales, los dos son unos pesados celosos. Ni unos adolescentes se comporta como ellos.

—No te metas conmigo, Lupin. Y mucho menos te metas, entre lo que habrá entre Potter y yo.

𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora