Shigaraki y tu {Parte 3}

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Nota del autor: Quiero aclarar en esta historia tanto Tomura como la T/N tienen 20 años. Eso era todo, disfruten.

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POV T/N

Había pasado un tiempo desde que comencé a trabajar con la liga de villanos. Mientras se encargaban de hacer sus estupidos juegos yo me encargaba de sacarlos sin ningún problema. Puesto para eso me habían contactado, ahora que habían atrapado a su puerta o algo así tuvieron que buscar una manera más eficiente de salir sin ser vistos.

Dabi se nos estaba hechando para atrás, según por lo que escuche de Toga la mujer que tenía encerrada le había cambiado varios tornillos y ahora quería ser mejor persona. Que loco, como si las personas como nosotros tuviéramos una oportunidad para cambiar.

Estábamos marcados de por vida como psicopatas sin corazón hacia la sociedad y esperaban que termináramos con un final feliz. Nunca en mi triste vida había escuchado algo tan patético.

- Tengo tus autos.- le anuncie a Tomura cuando llegue al lugar de mala muerte que llamaban escondite, aún seguía con mi plan de hacerlo caer ante mis pies, pero tenía que separar placer con trabajo.

- Al fin llegas.- contestó fríamente mientras me arrebataba las llaves de los autos. Era un hombre frío y cortante en todo el sentido de
la palabra.

- ¿Y Dabi?- pregunté buscando algún tema de conversación, afortunadamente no había nadie más.

- Salió, si tanto lo necesitas llámalo.- respondió mientras hacía una sopa de letras.

- Yo a quien necesito es a ti, pero ni me paras bola.- hice un fingido puchero mientras me recostaba en la barra buscando su mirada.- Bien ya no se ni que más hacer. Me desnudó ante ti y ni siquiera me miras.- camine hasta la puerta mientras sentía su mirada a mis espaldas. No era una estupida, bien sabía manipular a las personas a mi antojo.

- ¿Por qué eres así?- preguntó antes de que yo abriera la puerta.

- ¿Así como?- respondí girándome para verlo a la cara.

- Olvídalo, mañana te llamaré.- respondió volviendo a lo que hacía.

- Esperare tu llamado con ansias.- le lance un beso, abrí la puerta con una sonrisa y me fui.

Al día siguiente no recibí ninguna llamada, me sentía frustrada, pero al mismo tiempo me daba igual. Era una sensación desconocida y agobiante. También tenía mucho trabajo que hacer y además tenia otros clientes que tenía que sacar del país. Aviones no era lo mismo que autos y necesitaban especial atención.

Como siempre al final del día todo había salido de maravilla y yo estaba en lo que consideraba mi casa con una copa de vino tinto mirando los aburridos cuadros que habían. En verdad el arte era algo que no llamaba mi atención, ni siquiera entendía que se supone estaba pintado en cada uno.

De pronto mi celular se alumbró y en la pantalla apareció el nombre que había esperado durante todo el día, aunque me costara admitirlo.

- El hombre de mis sueño a llamado al fin.- dije con una pequeña risa mientras atendía.

- Tu... maldita loca...- la voz de Tomura se escuchaba diferente como si hubiera estado tomando.- Te has metido en mi cabeza cada vez más y no encuentro como sacarte... arruinas mis planes.

Estaba borracho, su voz era extraña, pero excitante. Además yo no estaba muy cuerda, era la tercera copa que bebía y me estaba subiendo los ánimos.

- Cuánto me gustaría que estuvieras aquí conmigo.- sonreí mientras me sentaba en el sillón, solo del otro lado de la línea se escuchaba su respiración agitada.

- Abre la puerta.- dijo por fin. Abrí los ojos por la sorpresa y me puse de pie.

- ¿Qué?

- Que abras la maldita puerta antes de que me arrepienta.- un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo mientras caminaba a paso lento hacia la puerta.

En el momento en que la abrí lo vi, apoyado en una de las paredes de afuera de mi casa. No tenía la mano que le cubría la cara y se veía aún mejor que siempre.

- Tanto me extrañas.- abrió aún más la puerta de un manotazo haciéndome caminar hacia atrás hasta chocar con la mesa del comedor. Todo estaba levemente alumbrado por las lámparas tenues que habían por mi casa.

Sin decir nada me tomó por nuca con fuerza y me atrajo hasta su boca. Un delicioso beso fue lo que recibí y claro, no perdería la oportunidad de mi vida. Enredé mis manos en su cabello mientras profundizaba el beso aún más.

- Solo será cosa de una noche, ¿de acuerdo?- dijo en un momento que se separó para tomar aire.

- Si si...- respondí atrayéndolo nuevamente hacia mi. Luego me fijé más y en realidad estaba muy tomado, yo no quería que las cosas pasaran así. Quería que recordara todo lo que haríamos y como ya había dicho, tenerlo a mis pies.- No espera, haste para allá.

Lo empuje con cuidado y tambaleó un poco quejándose y negándose a soltarme la cintura.

- ¿No era esto lo que querías?- preguntó besándome de nuevo. En realidad quería seguirle el beso, pero quería que cuando pasara lo que pasara estuviera consiente.

- No estás bien... Mira cómo estás.- se separó de golpe y se sentó en el sofá mientras suspiraba con frustración.

- Dabi se ha rajado.- me lo imaginaba, desde hacía un tiempo estaba extraño y ya no quería tener nada que ver con la liga. Una pena en realidad.- Se fue con esa perra que encontró en la calle, o bien la que lo curó, algo así.- se tocó la cara con enojo.

- Si esa chica en verdad lo quería para algo debió de no meterle cosas en la cabeza. El amor es muy complicado y cambia a las personas.- me senté junto a él a mirar la pared. Él me miro de arriba a bajo con una ceja enarcada.

- ¿Crees en esas cosas?- lo mire con horror y después solté una risa.

- Claro que no, a menos que no sea contigo.- le guiñe un ojo y luego reí de nuevo.- Es broma, enamorarse es como entregar el alma al diablo y eso conmigo no va. Juego con fuego todo el tiempo, engaño, tengo mucho odio y sed de venganza en mi interior, tanto que el diablo mismo me tendría miedo.- mire las paredes de mi casa y suspire riendo sin ganas.- Yo no puedo amar.

- Me pasa exactamente lo mismo.- respondió mirando el suelo. Por un momento estábamos hablando fuera de lo que era el trabajo y mis coqueteos. Como dos viejos amigos, aunque me lo quería comer.- Aparte todo lo que toco se hace mierda.

Nos quedamos en silencio, me sentía cansada y sin pensarlo recosté mi cara contra su hombro y sentí como se tensó de pronto.

- ¿Qué haces?- preguntó.

- No es obvio, estoy cansada de todo.- respondí.- Quédate.- solté sin pensar. Mientras las horas pasaban seguimos en esa posición y cuando me desperté estaba sobre él, abrazados en el sofá.

No se que horas sean cuando lean esto, pero aquí son las 12 de la noche y me estoy muriendo. Se supone lo subiría en la mañana, pero tengo trabajo.

Quizás los emocione, pero lo mejor viene en la siguiente parte. Me despido no sin antes recordarle que tomen agua y coman bien. Aprovechen de votar y comentar.

- Krystal🖐🏻

Mini historias Boku no hero [+18] TERMINADAWhere stories live. Discover now