Shinso y tu {Parte 2}

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POV T/N

Me había mudado hacía poco a este país y no conocía a nadie, de donde venía los quirk no eran bien vistos y mis padres decidieron llevarme a otro lugar. En donde vengo es muy raro que las mujeres hablen o respondan de manera inapropiada. (Aclaró, mi intención no es ofender a nadie de ningún país, me gusta incluir problema y/o tabúes en la sociedad en mis historias, sin embargo no entro en opiniones personales. Respeto cualquier creencia y opinión de parte de cualquiera. No todo lo que escribo es en mi opinión o como yo lo pienso.)

Mis padres no solían seguir muy bien las reglas, su matrimonio fue a conveniencia y por cosas del destino se enamoraron. Debían mucho dinero a una de las personas más importantes de allá y como yo era su única hija pensaban casarme con alguien que ni siquiera conocía. Obviamente mis padres no estaban de acuerdo así que nos mudamos buscando algo mejor para mi y para ellos.

- Acá estarás a salvo y llevarás una buena vida.- dijo mi padre besando la frente de mi madre.

A las pocas semanas había sido aceptada en la UA, al conocer mi don estaban muy felices de que decidiera ir en buen camino, en este caso a ser héroe.

Mis padres le contaron mi situación, desde pequeña en la escuela y la misma sociedad me habían obligado a tragar mis palabras, usaba mi don para comunicarme con la gente que era importante para mi. Al tocar las cosas van a mi subconsciente y allá me expreso mejor.

Solo las personas especiales para mi en mi infancia conocían mi don. Al final de cuenta mi voz se fue apagando a tal punto de que ya no podía hablar en público sin entrar en pánico.

En cuanto llegue a la UA y vi como las chicas hablaban y hablaban e incluso respondían a las discusiones me sentí extraña. No sabía si algún día podría ser así, siempre me mantuve callada y haciendo lo que me decían en la escuela.

Aunque mis padres fueron criados en esa cultura fueron muy diferentes. Seguían sus propias reglas y aunque respetaban no eran creyentes. Igual yo para no buscar problemas hacía caso aunque me dijeran que no tenía que hacerlo.

Como mis padres eran tan rebeldes esto logró que la gente los viera como algo extraño.

Mi primer día no fue tan mal, conocí a un chico. Shinso creo que se llamaba, era muy alto y guapo a pesar de tener unas ojeras marcadas. No me atrevía a mirarlo a los ojos, se veía tan serio que me daba miedo.

Cuando me hablo no sabía si responderle, quería decirle tantas cosas más aún no podía. Aún tendría que trabajar con mi trauma por mucho tiempo.

Después de varias semanas seguía en lo mío, no buscaba problemas y era muy callada. El chico raro no me había vuelto a hablar y aunque me sentía mal ya me había acostumbrado. Nadie me hablaba, no porque fueran malas personas, si no porque yo nunca les respondía y se marchaban.

Mis profesores eran los únicos al tanto de la situación y habían dejado claro que me darían tiempo para superarme.

Esa noche estaba afuera mirando el árbol de manzanas que estaba frente a los dormitorios de la clase 1-B cuando alguien se paró detrás de mi. (No se si hay tal árbol, si no lo hay ya yo lo plante.)

- ¿Por qué siempre miras ese árbol?- lo mire por un momento, me miraba de manera curiosa. Era la única persona que no conocía que había ido a mi subconsciente y a la que le había hablado, me había abierto a mostrarle mi secreto más guardado.

Yo no respondí, con mi dedo señalé las manzanas más altas del árbol y sonreí. Me gustaban las manzanas y más si eran verdes.

- ¿Quieres que te de una?- preguntó de momento, negué con la cabeza y me senté apoyando mi espalda en el tronco.- Enserio eres muy rara.

Sin previo aviso y en completo silencio se sentó junto a mi y me miro por algunos segundos. Yo solo cerré los ojos al sentir paz en ese momento con el.

- No te entiendo, eres muy hermosa pero no hablas. Se que no eres muda, algo te pasa y quiero saberlo.- no entendía su interés por mi vida. Abrí los ojos y me volteé para verlo a los ojos de nuevo.

De pronto puse mi mano sobre la de él y active mi quirk.

- Tu también eres muy guapo, sin embargo hablas demasiado.- dije.

- Eres la única que lo piensa, todos dicen que soy muy callado. Será porque nunca hablas y estás aferrada al silencio.- respondió.

- Si tienes tantas preguntas hazlas ya.- me aleje un poco y enarqué una ceja.

- ¿Puedo preguntar de dónde vienes?

- No.- conteste cruzándome de brazos.

- ¿Tus padres?

- No.

Arrugo el ceño y suspiro pasando una mano por su cabello.

- ¿Entonces de qué puede preguntar?- preguntó con frustración.

- No entiendo la necesidad de preguntar, el silencio es precioso, te fijas de tantas cosas en el y la gente no lo aprovecha. Solo quieren saber y saber, hablar y hablar, hacer promesas y nunca cumplirlas. No hay nada mejor que actuar en silencio, un acto dice más que mil palabras.

Desactive mi quirk, ¿en qué momento me altere? Quizás de que quisiera hablar de mi vida y de lo que me pasó me había puesto nerviosa.

Se acercaba el fin de semana donde podríamos visitar a nuestros familiares sin problema. Extrañaba a mis padres más que a nada en el mundo y aunque mi madre guardaba el mismo silencio que yo, de seguro mi padre tendría mil preguntas que hacerme sobre la academia.

Antes de irme y mientras esperaba a mis padres decidí pasar de nuevo por el árbol de manzanas. Me quede por un momento mirando el tronco debajo de su gran sombra hasta que sentí un pequeño ruido y después alguien me empujó cubriéndome con su mano.

Shinso estaba cubriendo mi cabeza de una manzana que había caído. Estaba muy cerca de mi y algo ajorado.

- Tienes que tener más cuidado en esta época caen muchas.- dijo apartando su mano y mirándola con el ceño fruncido y quejándose. La tenía roja, con una marca de la manzana que había caído.

Tome su mano y caminamos hasta el salón de estar que estaba vacío de nuestros dormitorios. Busque entre el botiquín poniéndole crema y unas vendas.

- ¿Te vas a este fin de semana?- preguntó, asentí mientras lo vendaba.- ¿No te puedo invitar a salir entonces?

Tendría que preguntarle a mis padres que no me dirían que no, igual no sabía si estaba bien o no.

Lo mire de reojo y después fruncí el ceño.

- Mira los profesores necesitas que mejore con práctica y no estoy haciendo mucho si nadie me ayuda. Tú en cambio dijiste que podrías hacerlo y así yo también te ayudo ¿bien?

No me parecía mala idea si no que todo lo contrario. Tome una nota y escribí mi número y un "Escríbeme y te dire cuando pida permiso"

Me puse de pie y camine a la salida donde el auto de mis padres ya hacía esperando.

Como ya dije no quiero meterme en opiniones ni nada sobre el tema de algunas culturas, se qué hay de este tipo y en realidad cada cual. Ya saben que en mis historias hay de todo para todos.

Me despido por hoy recordándoles que coman bien y tomen agua. También voten por favor y comenten.

-Krystal 🧠

Mini historias Boku no hero [+18] TERMINADAWhere stories live. Discover now