Mini historias Boku no hero [+18] TERMINADA

Dabi y tu {Parte Final}

POV T/N

Me levante poco a poco, cuando me di cuenta me levante de golpe cayendo de la cama. Según yo estaba buscando mi uniforme porque iba tarde a mi trabajo. Ya se me había hecho costumbre levantarme así, solo que esta vez no contaba con que mi vida había cambiado.

Había olvidado dónde estaba y con quien, al menos no iba tarde al trabajo. Me sobé un poco mi codo por la caída y me levante.

Dabi se giró un poco para mirarme con los ojos entrecerrados.

- ¿Y a ti qué te pasó?- preguntó sentándose.

- Perdona te desperté...- me volví a sentar, me dolía la cadera y no pude estar más de pie.

- Si, pero igual tengo cosas que hacer.- se puso de pie y caminó hasta un armario sacando una ropa. Se veía más serio y decidido, yo no podía hacer más que mirarlo inquieta.- Volveré en unas horas, quedó comida de ayer. Igual te traeré algo. Adiós.- y sin más cerró la puerta y se fue dejándome sola de nuevo.

Esperar su llegada de me hizo un infierno, no había cosas que podía hacer y ya me sabía de memoria cuantas grietas tenía el techo.

Estaba mirando por la ventana cuando lo vi llegar, estaba algo enojado y venía peleando por teléfono con alguien. Me aparte de la ventana y me senté en una orilla de la cama.

Entro en la habitación y soltó el teléfono rompiéndolo contra la pared.

- ¡Maldita sea!- gritó, pegue un salto del susto y lo vi sentarse en la cama furioso.

Yo no sabía que hacer, no lo conocía. Solo sabía que era un villano aunque para mi no lo pareciera. También que había matado a muchas personas y que no era la mejor persona del mundo.

Me puse de pie y caminé hacia él, me arrodillé en el suelo buscando su mirada. Tenía su cara cubierta por sus manos.

- Oye.- lo llame, no me atrevía a tocarlo. Todavía era que me lanzaba por la ventana.

- Esta vida es una mierda.- fue lo único que se escuchó.- Me arrepiento de todo lo que he hecho.- susurró.

Escucharlo decir eso me lleno de tristeza y se me encogió el corazón. Sin poder evitarlo aparte sus manos de su rostro y me miro perdido.

No hacía falta hablar, sabía que lo único que necesitaba era compañía. Me quede así por unos minutos hasta que se tranquilizó y me miro a los ojos.

- No quiero retenerte más aquí.- dijo para mi sorpresa. Fruncí el ceño y lo mire confundida, saco su cadena donde estaba la llave y me la entregó.- Puedes irte.

Mire la llave y luego a él, no necesite pensarlo dos veces. Lance la llave a una esquina de la habitación y mientras él veía como la lanzaba aproveché para abrazarlo por el cuello.

Sentí como al principio quería apartarse, pero después me rodeó con sus manos y escondió su cara en mi cuello.

- Todo en esta vida se basa en cómo lo mires, no en cómo lo miren los demás. Mi mamá me dijo una vez...- lo aparte y él me miro a los ojos curioso.- no importa cuantas veces metas la pata, si no que la persona que te vea hacerlo no te juzgue. Que te ayude a sacarla y a seguir adelante.

- ¿Qué tiene que ver eso conmigo?- preguntó.

- Piensa que metiste la pata, pero ahora estoy para ti para ayudarte a sacarla.- complete con una sonrisa.

- ¿Ahora eres psicóloga?- preguntó con una sonrisa.

- Dios me libre, apenas y sobrevivo como enfermera.- conteste rodando los ojos. El río de nuevo y me tomó por la cintura.