Capítulo 13, Temporada 3

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Había salido con Kenji bien temprano a cabalgar, vestida esta vez, para pasar algún tiempo juntos antes de que tuviera que marcharse a su empresa. Sergio me conto que ayer tuvo que salir corriendo a ayudar a Kenji a desmontar mi desmayado cuerpo inerte de Belle Creature.

Me envolvieron en una manta y me llevaron hasta el sofá de la sala de estar en el primer piso. Verificaron mi pulso y poniendo el dedo bajo mi nariz también si estaba respirando, mientras se debatían entre si debían llevarme o no a emergencias, Miriam y Yamam aparecieron:

— ¿Qué le pasa a Dafne? ¿Qué le hicieron?—chillo Miriam precipitándose a mi lado.

—Esta inconsciente y no responde. ¡Necesita atención medica!—dijo Kenji con tono consternado, según me conto Sergio.

— ¡Oh, Dios mío! ¡Aguanta, Dafne! Ya voy a llamar a una ambulancia—Miriam fue corriendo a buscar un teléfono.

—Pero... ¿es que se calló o se golpeó? Por qué un bajón de azúcar no le pudo haber dado—Yamam se puso a revisarme.

—No, solo se ha desmayado. ¡Y deja de hurgarla!—Kenji aparto las manos de Yamam de un manotazo.

Cuenta Sergio que Yamam levanto una ceja y sonrió misteriosamente antes de ponerse en pie e ir hacia su cuarto que estaba cerca.

—Respira sin dificultad y su pulso es normal, Kenji. Despertara pronto—le aseguro Sergio.

—Por lo que sabemos podría estar en coma—Miriam con su fatalismo avivaba la preocupación de todos—Ya vienen los paramédicos—jaja, esto parece una telenovela.

Entonces vuelve Yamam y sin decir nada a nadie me planta el dorso de su muñeca frente a la cara:

— ¿Qué ...—iba a protestar Kenji cuando vio que yo hacía una mueca y abría mis ojos.

—Kenji—lo nombre arrugando el ceño.

— ¿Estas bien?—puso la mano en mi nuca incorporándome despacio.

—Si, estoy bien. ¿Qué perfumes es ese?

—Es Náutica. ¿Te gusta?—note a Yamam y a los demás.

—Te sienta bien. ¿Cómo la han pasado viendo la película?

—No tan bien como tú, chica suertuda—Yamam me guiño el ojo, claramente intuyo la razón de mi desmayo.

Kenji puso mis piernas sobre sus muslos y me abrazaba.

—Me alegra tanto que te hayas despertado—susurro en mi oído.

— ¡Ay, Dafne!—Miriam se acercó a acariciarme la cabeza.

—Nos tenías enfermos de preocupación.

— ¡Habla por ti, gallina histérica!—Miriam fulmino a Yamam con la mirada.

—Bueno, mejor llamo para cancelar la ambulancia—Miriam empezó a marcar pero Yamam le arrebato el teléfono.

—No llames, déjalos que lleguen. Aunque a los que debiste llamar fue a los bomberos—con el teléfono bajo la barbilla y la vista en la lejanía visualiza una escena que le resultaba visiblemente satisfactoria—Pero con los paramédicos me conformare.

Justo cuando nos proponíamos desayunar llego el servicio de jardinería. Como Kenji estaba aún duchándose fuimos Sergio y yo a plantarnos frente a la puerta principal para recibirlo. Como la señora Daisy me aseguro que su esposo en persona vendría a trabajar a la mansión yo estaba a la espera de un abuelo con guantes y sombrero de jardinero.

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoWhere stories live. Discover now