Capítulo 2, Temporada 2

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El viento soplaba refrescante y Dafne volvía del establo a la mansión con una sonrisa. Hoy por primera vez había montado a Clementine, le encanto constatar que el Amo tenia razón, era una corcel muy confiable. Le dio la impresión de que el corcel tanto como ella había cuidado el ritmo para hacerla sentir cómoda. Dio unas vueltas caminando a paso regular alrededor de la mansión para después echarse al galope demostrándole que si bien no era tan musculosa como el caballo mas hermoso de establo sabia hacerla sentir que volaba, con un galope suave y sin vueltas bruscas. Con gentileza la brindo la ilusión de libertad que tanto añoraba y ella le dio unas manzanas como regalo.

Vio a Miriam quien le sonreía, atravesando el patio con un enorme canasto de ropa:

—Hola, Dafne. Lindo día para montar ¿eh?—va tras ella, la sigue.

—Si. ¿Como te ha ido?¿Te puedo ayudar?

—Oh, no, no hace falta. ¿Qué tal te...—le corto el discurso tomando un lado de la canasta de ropa, ayudándole a llevarla.

—No te hará falta pero si te ayudo terminariamos en la mitad del tiempo—Miriam volvió a demostrar sorpresa pero la supero mucho mas rápido que ayer—Perdon,¿Qué ibas a decir?

—Solo iba a preguntarte si te gustaron las albóndigas de ayer—se referia a la cena.

—Si, me gustaron. ¿Tu las hiciste?

—Oh no, ya quisiera. Las hizo Yaman,el chef de la mansión y me tenia harta diciendo que si te veía tenia que preguntarte que te parecieron—empezaron a tender la ropa, a Dafne le recordó un poco a su abuela y el modo en el que chismeaba mientras hacia la colada con las vecinas—¡Es un mandón! La cocina es su reino y todo debe hacerse como él quiera, cuando él lo mande—"entonces es muy parecido al Amo" pensó Dafne recordando lo exigente de su Amo.

—Pues puedes decirle que sus albóndigas fueron un manjar de los dioses, que me supo a gloria con ambrosia—ambas empezaron a reír como colegialas y a Dafne casi se le cae el mantel que intentaba tender al suelo.

—Eres francesa ¿cierto?—asintió Dafne aun atragantada por la risa—Si llega a saberlo no te dejara en paz contándote historias de cuando fue a estudiar a Paris, "a la academia mas prestigiosa de toda Francia"—Miriam hizo literalmente con sus dedos las comillas para esta frase—según él "la cuna de la gastronomía".

—No me molestaría—luego de acabar de tender fueron a la cocina—¿No se molestara Yamam si invado su reino sin previo aviso?—no quería estar en ningún lugar donde no fuera bienvenida.

—Aun que así fuera no va a decirte nada. Eres la huésped del amo y tenemos ordenes de estar bien dispuestos para lo que necesites—tomo la mano de Dafne y la hizo entrar.

La cocina era la mas amplia y bien equipada que había visto Dafne en su vida, y eso que había pasado un corto tiempo trabajando de mesera en un restaurante 3 estrellas. Con varias estufas, hornos de pared, lo que parecía ser un congelador industrial, cacerolas colgadas y las mesetas adornadas como en los programas de cocina por todo tipo de ingredientes en bowls elegantes.

Dafne se sorprendió al ver la cocina pero un hombre alto y flaco con un delantal , y el mayordomo que había visto antes abriles la puerta de entrada, se quedaron aun mas sorprendidos al verla entrar. Miriam hizo el papel de anunciadora, aviso de su presencia en la cocina como un valet anunciaría su llegada a un salón.

Animo a Dafne a entrar y no hacer caso a la cara de sorpresa del que suponía debía ser Yamam. Por un instante la intimido cuando avanzaba hacia ella.

—Joven dama, Yaman Sadik, chef principal y jefe de esta cocina, ¿En que puedo servirle?¿Tiene algún pedido especial?—le dio la mano a Dafne con una gracia y porte, y con una tono y unos ademanes inconfundibles.

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα