Capítulo 24, Temporada 3

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Hola, mis Pequeñas Inmortales!! Cuanto siento haberme desaparecido por tanto tiempo, no saben el deseo que tenia de volver a actualizar pero he estado lidiando con algunas situaciones(relaciones interpersonales y factores externos) que han ocupado mucho de mi tiempo y han drenado mi energia. Ahora por fin las cosas se calmaron y quiero venir a compartir este cap con ustedes. Espero poder actualizar muy pronto. 

Perdon, perdon, perdon. 

En un café aledaño al campus disfruto de la visión de un grisáceo día de lluvia, el minucioso murmullo de billones de moléculas de agua rompiéndose en el suelo me envuelve, como en estéreo.

Algo robusto, con cuerpo, tostado y delicioso inunda mis sentidos, tanto David como mi capuchino caramelo con mucha espuma y una pisca de canela, lucen calientes, cremosos y apetecibles.

Fuera de sus horarios de trabajo este espectacular espécimen hibrido muestra que no solo trabaja esmerado en su físico sino que también sabe vestirlo.

Unos jeans azul claro y una camiseta azul de cuello en v. Como si no fuera suficiente con esos ojazos, la aparecen en las mejillas se le ha puesto un bonito bigotito de espuma sobre el labio superior.

Por un instante me ocurrió sacar mi teléfono para tomarle una foto, e inmortalizar esta visión para luego mostrársela a Yamam. Pero un efímero lengüetazo se deshizo de la graciosa crema espumosa.

Jess se negó a venir conmigo, diciéndome que ella no quiere hacer tercio en la primera cita "Tontita Jessie, esto no es para nada una cita ¿Cómo se le ocurre? Es solo una pequeña reunión amistosa, con un chico amistoso y reír amistosamente" ¡Que ridiculeces estoy pensando! Si creyera que el guiño de ayer es una acción amistosa de su parte, les habría contado a Kenji o a Yamam sobre este amigable asunto. Mas todo ha transcurrido con la mayor informalidad, creo que me estoy preocupando por nada.

—Las amapolas y las azucenas están quedando hermosas, tu y tu abuelo hacen un trabajo estupendo, David—toda área verde de dentro del muro estaba tomando un aspecto glorioso, tan colorido y primaveral.

—Me alegra mucho que te guste el trabajo de mi abuelo—aparte de guapísimo, modesto.

—El diseño un jardín hermoso pero tu que hiciste todo el trabajo duro también tienes merito—todo el trabajo físico, fuerte, musculado, sudoroso y ardiente bajo el sol.

—Es lo menos que puedo hacer. Mi abuelo tendría que haberse retirado hace tiempo, también mi abuela—rodo los ojos alzando sus cejas. Lo comprenso, mis abuelos trabajaron toda sus vidas hasta morir. Nunca disfrutaron de la época dorada de la jubilación—Debo hacer todo lo que pueda para quitarle cargas de encima—oh, ternurita—Además, mientras más rápido me empape de todos los pormenores del negocio, más pronto podre hacerme cargo yo solo y mis abuelos podrán irse de crucero o lo que quieran—puede que tenga diecinueve, pero su manera de pensar es la de todo un hombre.

—David, eres de las personas más amables que he conocido—mi halago le arranco una encantadora sonrisa del rostro apenado que fijo los lindos ojos en la taza de café.

—Gra-gracias...—si no fuera mulato, juraría que hasta se ha sonrojado.

— ¿Por nada?—esto resulta un poquito extraño.

—Sabes, Dafne...—tamborileo con los dedos el costado de su taza—Desde el primer día que vi...— se rasco la nuca con ¿timidez?—pensé que eras una linda persona, tanto por fuera como por dentro. Mis abuelos están encantados con lo simpática que eres—¿a qué viene todo eso?—Siento mucha pena y vergüenza de algo que he de confesarte, resulta muy inadecuado de mi parte dada mi posición como empleado en tu casa—¿David pero que haces?—debes saber que esto es algo que yo no planeaba, simplemente paso—¡oh no, he salido con suficientes chicos para reconocer los signos de una declaración!—Pensé en quedarme callado, pero entendí que no era lo correcto. Tu mereces que ponga todas las cartas sobre la mesa, que sea sincero—aguanto la respiración—Es mejor que lo escuches de mi a que te enteres por otra persona— ¡no, no lo digas, yo no puedo corresponderte! Eres como un ángel sin alas y con aroma a tierra mojada pero mi corazón lo ha devorado mi intrincado amante japonés—Dafne...—mi cerebro se queda bloqueado. ¿Qué le voy a decir a este chico? ¡¿Qué le voy a decir a Yamam?! El corazón me palpita en las sienes— ¡Embarace a tu yegua!— mejor olvídame, nunca seré tu... ¡¡¿WTF?!!

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoWhere stories live. Discover now