Capítulo 14, Temporada 3

928 65 19
                                    

Estoy sentada sobre mi cama; con el cuerpo cremoso y perfumado por mi loción corporal, enfundada en un camisón rojo vino sin alardear me queda como un guante.

Sobre la mesa está servida la cena, humeante y sabrosa comida china, Y no, no ordene comida china a ningún restaurant. Yamam deseoso de que nuestro jardinero se quedara a cenar me acribillo a "por favores" sin compasión hasta que fui a preguntarle a David por su plato favorito. El me aseguro que cualquier plato en el menú de un restaurant auténticamente chino y cerveza con agua gasificada.

Puesto que Yamam se esmeró tanto en eso, no cocino otra cosa en toda la tarde y todos cenaremos la combinación preferida de David " el jardinero/modelo/ nuevo crush de Yamam". Pero no me estoy quejando, a mí también me gusta la comida china y esta te inunda las fosas nasales haciendo sudar a tus papilas gustativas. Jagao, wonton frito, sopa wonton, sopa agridulce, chow main, low main, cho fan, cerdo asado. ¡Todo un banquete!

Solo esperaba a Kenji para que nos montáramos una orgia. En la soledad de mi espera me puse a reflexionar tan vez me estoy obsesionando con que mis sentimientos sean correspondidos, o más bien por escuchar el eco de mi "Te quiero" salir de sus labios.

Debo admitir que para ser yo solo una esclava, estoy muy consentida. Y aun sin haber recibido todos los presentes de los últimos días he de sentirme agradecida de que un mal nacido como el Bulgaro no ocupe el lugar de mi querido amo.

Sé que mi rarito amo asiático siente algo tierno por mi y eso me basta. Mañana será un gran día. Sergio, Miriam , Yamam y yo iremos a la convención de artículos para el hogar. Allí iniciare mi búsqueda de los artículos para la remodelación, probablemente deba comenzar por un nuevo edredón. Pienso en una paleta de colores para mi alcoba cuando veo entrar a Kenji.

Tiene una corbata roja que hace juego con mi camisón ¿es idea mía o lleva puesta la misma ropa que aquel día en la subasta? Un escalofrió me recorre las vértebras. Ese día pude haber muerto, tal vez me habrían despellejado a azotes hasta la muerte si este aun misterioso hombre asiático no aparecía justo como ahora, usando este traje.

— ¡Buenas noches, mi amo!—se aflojo el nudo de la corbata viendo mi sonrisa de bienvenida.

—Buenas noches, zorrita mía—ya no me extraña ni me ofende escucharlo llamarme así, creo que en Japón los zorros son de buena suerte o algo así.

— ¿Cómo le ha ido en el trabajo? Luce cansado—me pare de la cama para ir a abrazarle, pero me sorprendió volviendo a poner la mano con una señal de alto.

—Sabes, cuando dije que quería que cenáramos aquí como en los viejos tiempos también quería que me recibieras como en los viejos tiempos—señalo el suelo frente a sus pies.

Hace meses que no tengo que hacerlo, he perdido la costumbre pero me deslizo fuera de la cama por la alfombra hasta el punto a sus pies que señala.

Mis manos buscan las suyas, nuestros dedos se abrazan entre si y enseñándole toda mi dentadura intento mostrarle lo contenta que me hace sentir tenerlo aquí, que haya llegado a casa.

Kenji con una pequeña sonrisa a en los labios me observa con los ojitos dormilones. En un gesto de nuestros días de antaño interpone la mano ante mis ojos para indicarme que baje la vista. Que sienta algo tierno por mi, es algo de lo que ya no estoy tan segura.

— ¿Comida china y cerveza?—arqueo una ceja—No lo habría adivinado—creo que no le encantó la idea.

Frotaba mis orejas y yo sin poder verle a los ojos me sentía extraña.

—¿Prefieres otra cosa, amo?—me esforzaba por que mis ojos no buscaran los suyos.

—Oh, no. Me gusta la comida china. Con cerveza me recuerda mi pasado— ¡oh, por Dios! ¿más pistas del misterio?

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoWhere stories live. Discover now