"Los siete años que pases aquí como residente de cirugía serán los mejores y los peores de tu vida."
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Eleanora Amedeo es la pasante de primer año más joven en adornar los pasillos del Seattle Grace. Demasiad...
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Mark observó con la espalda apoyada en la cabecera mientras Eleanora caminaba de un lado a otro al pie de la cama del hotel. Se había puesto los jeans y tenía una pequeña sonrisa en su rostro debido a la vista frente a él.
Eleanora se había puesto la primera camisa que agarró, que terminó siendo una de las de Mark. Era demasiado grande para ella, la parte inferior llegaba hasta la parte superior de los muslos y las mangas largas pasaban mucho más allá de sus manos. Su cabello era un desastre perfecto, y Mark podía ver algunos de los chupetones que había dejado en su cuello y que sus labios todavía estaban hinchados por los besos.
Hizo que el orgullo se hinchara en su pecho.
Eleanora, sin embargo, estaba divagando una y otra vez, su voz aguda y ligeramente presa del pánico.
"Nosotros... tú, ¡oh Dios mío, tuvimos sexo! Tuve sexo con Mark Sloan. Mark Sloan tuvo sexo conmigo. ¡T-tú eres mi jefe! No puedo, no debería tener sexo contigo. Oh Dios, ¿me van a despedir? Espera no, Mer y Derek no fueron despedidos." Eleanora permanece en silencio por un momento, luego se detiene en su camino para mirar a Mark con los ojos muy abiertos.
"¡Oh Dios, Mark, no podemos ser los próximos Derek y Meredith! Eso es un desastre y no sé si puedo manejar las miradas. ¡Recién ahora estoy empezando a ser capaz de ignorar las tristes, Alex causó miradas!"
Mark dejó escapar un pequeño suspiro, sentándose mientras miraba a la mujer. "Nora, tienes que calmarte. No vamos a ser los próximos Derek y Meredith, solo dormimos juntos una vez." Mark se encogió de hombros, sus ojos se llenaron de lujuria al recordar la noche anterior. "Un tiempo increíble, largo, caliente y sexy. Pero no obstante, una vez."
Eleanora se inclinó, recogió su chaqueta y la hizo una bola, arrojándola hacia él. Él dejó escapar un grito y la atrapó, saliendo de sus recuerdos.
"¡Detente!" Ella chilló, su rostro se calentó.
"¿Detener qué?" Preguntó, mirándola con los ojos muy abiertos.
"¡El mirarme como... así ! ¡Me distrae!"
Mark sonrió, inclinándose hacia adelante. Dejó que sus ojos recorrieran sus piernas desnudas, lamiendo sus labios. "No puedo evitar verte de cierta manera, muñeca."
Eleanora hizo un ruido, arrojándole una camisa arrugada. "¡Mark Sloan!"
Los dos se unieron a la risa, Mark se reclinó en la cama mientras agarraba la camisa. La risa se apaga después de unos momentos y continúan mirándose el uno al otro, sus ojos son una mezcla de suavidad y hambre.
Eleanora dejó que sus ojos se desviaran hacia el despertador en la mesita de noche, dejando escapar un grito ahogado. "Oh Dios, tengo que estar en el trabajo en una hora. ¡Oh Dios, tengo que ducharme!"
