DÍA 274: Mal presentimiento

11.8K 585 251
                                    

ALBA POV

Doy una vuelta más en la cama y como sé que ya no voy a poder seguir durmiendo me incorporo para sentarme y apoyar la espalda en el cabecero, pasándome las manos por la cara para intentar deshacerme de un poco de todo el sueño que tengo por haber dormido tan mal.

Suspiro sin poder evitarlo porque sé que por mucho que lo piense no voy a encontrar ninguna respuesta que tenga sentido, así que me concentro en cambiar de actitud y tomármelo con calma o me voy a volver loca.

Intentando mantener el optimismo, alcanzo el móvil de la mesilla para escribirla y sentir que todo está bien, aunque soy consciente de que solo con esto no voy a conseguir nada.

*yo*

buenos días Nat ❤

sigue en pie el plan de hoy?

Miro su última conexión y veo que hace un rato que no se conecta, y aunque no hay prisa para que me responda, al menos sé que está despierta. Las 8:12 de un sábado, pues no parece que haya dormido muy bien tampoco.

Pongo el móvil donde estaba sin ganas de entretenerme con él, pero igual debería hacerlo para dejar de comerme la cabeza. No voy a aguantar una semana más así. Me esfuerzo en no repasar en mi mente todas las cosas que he notado fuera de lugar desde hace un par de semanas, pero no soy capaz de evitarlo y de nuevo todos esos momentos en los que he sentido que algo le pasaba a Natalia vuelven a mí.

Niego con la cabeza porque no tiene ningún sentido, y no saber qué está pasando me está jodiendo muchísimo más que si hubiéramos discutido por algo concreto. Lo peor es que noto que se esfuerza en aparentar, pero le sale fatal y no se da cuenta de que no soy tonta y de que estoy siendo consciente de que algo va mal, así que podría dejar de hacer el idiota y decírmelo de una vez.

Mientras me estrujo la mente para intentar encontrar una explicación a su comportamiento de últimamente, de golpe me acuerdo de algo en lo que no había pensado hasta ahora y que a lo mejor tiene algo que ver.


Flashback

– ¡Noooo! – rompo a reír en carcajadas mientras ella sigue tumbada sobre mí.

– Albi te juro que yo no sabía que iba a pasar eso – se ríe apoyando su frente en mi hombro para esconderse, muerta de vergüenza.

– Que no, que no puede ser.

Asiente sin separarse de mi piel y yo rodeo su espalda para acariciarla a modo de disculpa por estar riéndome tanto de ella, pero en mi defensa diré que ella también se está riendo, de hecho, cuanto más lo hago, más noto su cuerpo temblar por hacer lo mismo.

Necesitamos unos cuantos minutos hasta que se nos pasa del todo el ataque que nos ha entrado, sobre todo a mí que cuando entro en bucle con la risa no me sacas de ahí ni queriendo, y cuando estamos más tranquilas Natalia se aparta de mi cuerpo para tumbarse a mi lado y dejar de aplastarme.

Hoy he venido a comer a su piso y hace un ratito que nos hemos despertado de la siesta que nos hemos echado, pero aún seguimos en la cama porque hace un día malísimo y no nos apetece hacer nada. Entre el mal tiempo por estar casi en diciembre y las restricciones de los sitios que hacen que ya casi no podamos estar dentro de ningún lado, no hay mejor plan para un sábado por la tarde que pasar las horas juntas entre besos y tonterías.

Me coloco de lado en la cama para mirar a Natalia que lleva su mano a mi espalda para acercarme y acariciarme mientras me mira sonriente. Subo la mano a su cabeza para colocarle el pelo y me inclino rápido para robarle un besito antes de echarme de nuevo para atrás.

CuarentenaWhere stories live. Discover now