DÍA 38: La burbuja va a explotar

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NATALIA POV

Aún con los ojos cerrados, noto el sueño abandonar mi cuerpo, lo que hace que me revuelva en la cama rozando mi cara contra la almohada. Lo primero de lo que me doy cuenta cuando me despierto del todo es que no siento el cuerpo de Alba contra el mío, sino que es la sábana que me cubre lo que me está protegiendo del frío. ¿Cómo se atreve a separarse un solo centímetro de mí?, pienso mientras la sonrisa se instala en mi cara al recordar lo de ayer.

Estiro el brazo hacia el otro lado de la cama para buscar su cuerpo y volver a pegarla a mí, pero me resulta imposible ya que mi mano no da más que con un espacio vacío. Abro los ojos y me giro para comprobar que, efectivamente, soy la única sobre el colchón. Frunzo el ceño extrañada porque se haya despertado antes que yo, e intento concentrarme para escuchar si simplemente se ha levantado al baño o algo así.

Al no oír nada nada, me incorporo preocupada hasta que me apoyo contra el cabecero de la cama, pero tras unos segundos de silencio empiezo a escuchar ruidos que provienen de la cocina y la sonrisa regresa a mi cara. Como me esté haciendo el desayuno me la voy a comer con patatas. Espero un par de minutos y de nuevo nada más que silencio, pero a diferencia de lo que pensaba, Alba no vuelve a la habitación.

Al pasar unos minutos, me empieza a parecer extraño, por lo que decido salir de la habitación a ver por qué está levantada. Antes de hacer nada, paso por mi habitación para ponerme una camiseta y después avanzo por el pasillo hasta que llego a la puerta del salón. La imagen que me encuentro delante acaba por descolocarme del todo, ya que me encuentro a Alba sentada en el sofá perfectamente vestida leyendo tranquilamente algo en su móvil mientras acaricia a Queen que está tumbada a su lado. ¿A qué hora se ha despertado que le ha dado tiempo incluso a ducharse? ¿Por qué se ha levantado?

– Uy, Nat. Hola – dice levantando la cabeza para mirarme. – No te he oído entrar.

– Hola – respondo confusa.

– Queda café del que he desayunado. ¿Quieres?

Mientras me pregunta se levanta del sofá y se acerca a la cocina, por lo que yo la sigo aún sin entender si es que soy yo que estoy medio dormida o es ella la que está rara.

– Sí – respondo tras unos segundos. – Claro.

– Pues ahí te lo he dejado – indica con una sonrisa la encimera de la cocina donde está la cafetera a la vez que termina de llenar una jarra de agua. Me acerco hasta su lado mirándola con cara de no entender nada. – Voy a ponerle agua a Queen, que si no se queja de lo olvidadiza que soy es porque no sabe hablar.

Su tono tan casual y su manera de moverse por la cocina para ir hasta donde Queen tiene su comida y su agua, con la clara intención de separarse de mí, es lo que acaba por ponerme en alerta. Rodeo la barra siguiendo sus pasos justo cuando ella termina de rellenar el agua de Queen y se incorpora del suelo.

– Oye, Alba...

– Qué carita de sueño, Nat. ¿Has dormido mal? – me interrumpe acercándose. – Tómate el café anda, que te vendrá bien.

Al decir eso, deja una suave caricia en mi mejilla cuando pasa por mi lado camino de la cocina para guardar la jarra de agua, pero lo hace de una manera tan impersonal que casi prefiero que no me toque.

– Voy a la habitación a llamar a mi hermana, ¿vale?

Sin esperar respuesta se pierde por el pasillo y cierra la puerta tras entrar en su cuarto, dejándome en mitad del salón totalmente confundida y sin saber reaccionar. ¿Qué está pasando aquí?

Desconcertada por la actitud de Alba, me centro en tomar algo para desayunar. Cuando lo llevo al salón para sentarme en el sofá, me doy cuenta de que nada de lo que dejamos anoche sin recoger sigue aquí, por lo que supongo que la rubia se habrá encargado de ordenarlo todo.

CuarentenaWhere stories live. Discover now