DÍA 23: El freno de mano

18.1K 641 195
                                    

ALBA POV

Sus caricias en mi pelo no cesan ni un instante mientras recupero el aliento apoyada sobre su pecho, donde dejo un par de besitos que ella devuelve en mi sien. Rodeo su cuello con mis brazos y subo a su altura para probar de nuevo esos labios de los que no me he separado en toda la noche.

– ¿Cómo puede ser que cada vez me gustes más? – murmuro sobre su boca aún con los ojos cerrados.

– A lo mejor es porque estar así se siente demasiado bien – acaricia con sus manos mis costados y mi espalda con suavidad, erizando por completo mi cuerpo que está perfectamente encajado sobre el suyo.

– Sí que se siente bien, sí. Aun así tiene que ser algo más – ronroneo hundiéndome en el hueco de su cuello.

– Pues a lo mejor es porque preparo los mejores crepes del mundo y te he prometido que los iba a hacer para desayunar – sus caricias llegan a mi culo.

– Mmm, eso desde luego suma puntos – muerdo suavemente su cuello. – Pero no sé yo si será solo por eso.

– A ver déjame que piense – nos da la vuelta con cuidado colocándose encima de mí y me sonríe mientras entrelaza nuestras manos para colocarlas a los lados de mi cabeza. Se inclina y me besa lenta y sensualmente, provocándome tanto placer con el suave roce de sus labios que me hace recordar por qué me estoy volviendo adicta a ellos. Cuando se separa apoya su frente en la mía y a pesar de tener los ojos aún cerrados sé que está sonriendo. – A lo mejor es porque te vuelven loca mis besos.

– Puede que nos estemos acercando a la respuesta correcta – abro los ojos y me doy cuenta del brillo de su mirada, que fácilmente podría ser un reflejo de la mía.

– Menos mal, porque ya solo me quedaba una opción – suspira antes de tirar de mi labio inferior con sus dientes y repasarlo después con su lengua.

– ¿Y cuál era?

– Que a lo mejor la razón por la que cada vez te gusto más es que no he dejado de hacerte el amor en toda la noche – susurra contra mi oído erizando de nuevo toda la piel de mi cuerpo.

– Dormir está sobrevalorado – noto su sonrisa, pues ambas sabemos que soy una marmota a la que le encanta dormir. Tú me encantas más.

– A estas alturas creo que nos merece más la pena quedarnos despiertas para ver el amanecer ¿no crees? – vuelve a colocarse frente a mí para mirarnos.

Separa una de sus manos de la mía para retirar un mechón de pelo de mi cara, colocándolo tras mi oreja y acariciando mi mejilla después, observando a esa mínima distancia cada rincón de mi cara y robándome el aliento cuando esa mano empieza a descender por mi cuello y mi pecho sin tener intención de detenerse.

– Suena a final de cita perfecto, pero no sé yo si vamos a ver mucho aquí encerradas – consigo decir a pesar de que las cosquillitas que hace con la yema de sus dedos han llegado hasta mi pecho, poniéndome nerviosa de nuevo.

– Podríamos salir a la terraza... – empieza a intercalar sus palabras con besos húmedos mi cuello – ...con una mantita... acurrucarnos en una misma silla... y si no se ve nada... al menos podemos comernos la boca – suelto una pequeña risa por ese final.

– A mí me has convencido, lo confieso.

– Es que es un planazo romántico – su lengua alcanza mi pezón.

– ¿Esa era tu intención? – suspiro empezando a excitarme de nuevo. – ¿Organizar un plan romántico?

– Claro, ¿cómo voy a enamorarte si no? – responde como si nada cambiando al otro pezón. Cómo no vas a hacerlo, más bien.

CuarentenaWhere stories live. Discover now