DÍA 26: Irresistiblemente apetecible

19.9K 688 155
                                    

NATALIA POV

Abro los brazos para acoger el tembloroso cuerpo de Alba, que cae rendida sobre mi pecho buscando recuperar la respiración después del orgasmo. Tras esconderse unos segundos en mi cuello, sale de él y apoya sus manos en mi torso para inclinarse y dejar un corto beso sobre mis labios.

– Buenos días – dice con una sonrisa que imito al instante.

Llevo una mano a su nuca para que no se aleje y poder darle un beso un poco más profundo.

– Mmm... buenísimos días – murmuro sobre sus labios y dejo un mordisquito en ellos antes de que se separe del todo.

Con un suspiro de relajación se tumba de nuevo en mi pecho y yo comienzo a acariciar su espalda desnuda con una mano y su pelo con la otra, contenta porque no haya huido rápido de mi cama al acabar, al contrario que el otro día que me despertó así.

Tras un par de minutos y un diminuto beso en mi boca, se incorpora para bajarse de mi cuerpo y quedar tumbada a mi lado, con la cabeza apoyada en la mano mirando hacia mí. Tira de la sábana para taparse mientras yo me coloco igual para mirarla.

– Te has vuelto a salir con la tuya – digo. – Otro día sin entrenar.

– No me digas que esto no es mucho mejor que hacer deporte.

– No, si yo no tengo queja – sonrío y me acerco a su cuerpo para sentir un poco del calorcito que he perdido cuando se ha bajado de mí.

Dejo una mano en su espalda y me inclino para llenarle la cara de besitos mientras ella se ríe. Cuando bajo a su cuello le entran cosquillas y me empuja la cara entre risas para que pare, pero yo agarro esa mano y tiro de ella para que vuelva a quedar medio tumbada sobre mí.

– Ya veo que no, te has levantado de muy buen humor – roza su nariz con la mía.

– Como para no. Me despierto y lo primero que veo es a ti metiendo las manos por debajo de mi camiseta. Después del susto inicial, todo ha sido bastante de mi agrado.

– Pero qué susto ni qué susto, si te estabas haciendo la dormida desde que he abierto tu puerta, fantasma. A ver si te crees que no me he dado cuenta.

– ¿Yoooo? – finjo sorprenderme. – Que va, estaba dormidita como un bebé.

Ella se sube por completo a mi cuerpo de nuevo y se apoya con sus manos en el colchón para incorporarse un poco y mirarme desde arriba con una gran sonrisa. Yo, sin querer, empiezo a levantar las comisuras de mis labios a pesar de intentar quedarme seria para que me crea, pero es imposible si me mira así desde tan cerquita. Es demasiado bonita por las mañanas.

– Lo siento no cuela, te ha delatado la sonrisita que tenías.

– ¿Qué sonrisita?

– Esta sonrisita.

Con una mano aprieta mis mofletes, haciendo referencia a que en este momento estoy poniendo la misma cara que cuando ha venido a primera hora y yo me he hecho la dormida, al parecer, de muy mala manera.

Aún sin soltarme la cara, me besa los labios en forma de pez y se separa riéndose de mi intento por devolvérselo sin éxito. Repite la acción un par de veces sin soltarme las mejillas hasta que me canso de que no me deje probar sus labios y saco la lengua para chuparle toda la cara.

– Ayy Nat – se queja a la vez que separa la mano de mi cara para limpiar la suya. – Eres peor que Queen.

Ahora soy yo la que se ríe y estira el cuello para atrapar su boca con la mía, metiéndole la lengua en cuanto entreabre los labios y aguantando el beso todo lo que me permiten mis pulmones. Cuando me separo y abro los ojos, estos chocan con su enorme sonrisa. No sonrías así cuando te beso que me pierdo.

CuarentenaOnde histórias criam vida. Descubra agora