DÍA 11: Bájalo del todo

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NATALIA POV

– Bueno ya está bien, ¿no? – protesto porque lleva en bucle cinco minutos.

– Ay Natalia – a penas se le entiende con las risas. – Es que es buenísimo.

– Ici que no te lo he contado para que te rías de mí.

Después de hacer ejercicio, he aprovechado que Alba está en la ducha para llamar a Ici y contarle lo que me pasó ayer durante la siesta, pero ya me estoy arrepintiendo porque lo único que he conseguido es que lleve cinco minutos retorciéndose de la risa en su cama.

– Perdón, ya paro – dice calmándose un poco. – Va, qué hiciste luego.

– Pues intenté salir de ahí sin despertarla, pero teniéndola tan encima era difícil, y me acabé cayendo del sofá, y claro, ahí ya sí que se despertó – veo cómo Ici se controla para no volver a reírse. – Total, que se despierta y me empieza a decir que había soñado que le daban un masaje y que se había levantado súper a gusto.

– Tía qué más quieres. Le metes mano y le gusta, pues perfecto.

– ¡Ici qué estaba dormida! No sabía lo que hacía, me sentí fatal. Menos mal que ella también lo estaba.

– Hubiera pagado lo que fuera para que se hubiera despertado en ese momento.

– Qué vergüenza, yo quería que me tragara la tierra. Salí corriendo al baño para huir de ella. Es que te juro que fue sin querer.

– Sin querer... pero queriendo. Y no empieces a negarlo, porque le tienes unas ganas a la chica que no te crees ni tú, y al final tu subconsciente te ha traicionado y ha tomado la delantera. Bueno, la trasera – dice volviendo a descojonarse.

– Ici qué malo. No, pero en serio, yo en ningún momento he negado que me apetezca, solo dije que la situación era complicada y que ella seguro que no piensa igual, así que paso de hacer nada.

– Mira, antes de decidir deberías averiguar si ella también te tiene ganas, porque igual estáis perdiendo una oportunidad de oro.

– Que no – veo como Ici rueda los ojos ante mi cabezonería. – Imagínate que me insinúo y ella pasa de mí, va a ser muy incómodo vivir juntas después, y lo mismo si no pasa de mí, resolvemos la tensión y luego ¿qué? Que no, que no, mejor nos quedamos así.

– Me traes por el camino de la amargura Natinat, que lo sepas.

– Además, que me cae genial, y estoy muy a gusto con ella. Creo que me entiende como poca gente lo hace porque ayer estuvimos hablando de cuando estuve en Londres y toda esa época, y para lo poco que nos conocemos, me tiene súper calada. No quiero perder ese buen rollo.

– No sé Natalia, tú verás lo que puedes aguantar, pero también te digo que por echar una canita al aire y disfrutar tampoco pasa nada, que falta te hace.

– Ya, si yo creo que son las ganas acumuladas que tengo lo que me tiene así, y no me deja pensar con claridad.

– Ya claro, las ganas. Seguro que no tiene nada que ver con que la chica sea un pibón ¿no?

Suspiro porque sí tiene que ver con eso, tiene mucho que ver.

– Es que mira que es guapa la cabrona – respondo resignada.

Dejo que Ici se ría a mi costa durante un rato más antes de colgar y cuando voy al salón veo que Alba está en el sofá jugando con Queen y dándole mimos.

– Oye, ¿tienes algún plan interesante que ofrecerme? – me pregunta Alba dejando que Queen se marche. – Porque me he levantado sintiéndome responsable y me he propuesto limpiar la casa a fondo, y quiero que me quites la idea de la cabeza.

CuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora