Capítulo 15

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Cuando llegamos al pueblo, me puse una capa, y Ryle también, ambas robadas anteriormente. Al entrar a la tienda en la que nos dispusimos a robar la comida, nos dimos cuenta de que sí había alguien adentro, así que salimos para esperar a que se fuera. No nos podemos arriesgar a ser atrapados, no ahora.

Ryle me agarró del brazo y me empujó a la pared que había afuera del local. Esperamos unos minutos y escuchamos el sonido de la puerta abrir y cerrar, por lo que asumimos que la persona que estaba ahí se había ido.

Al entrar a la tienda, ahora vacía, solo pude ver la cantidad de comida que había, estaba muy abastecida lo que es muy poco común, el huracán no dejó casi nada.

Llené mi capa de comida embasada y vi cómo Ryle hacía lo mismo. Cuando vi que no cabía nada más caminé hacía él para decirle que nos fuéramos.

-Espera. Quizás me cabe más comida.- me dijo mientras ignoraba toda la preocupación que yo estaba cargando.

-No seas estúpido. Vámonos, tenemos suficiente para varios días.

-Cállate Thadea, necesitamos alimentarnos bien. Solo un segundo, porfavor.

-Que sea rápido.- me dirigí hacia la puerta para vigilar que nadie venga. Me entretuve mirándolo pasearse por la tienda mientras metía comida dentro de su abrigo, esta le cubría la mitad de la cara porque el gorro de las capas que robamos son enormes, pero así es mejor, ocultan aún más nuestros rostros.

-Me estás pegando muy malos hábitos Thadea.- me gritó a lo lejos.

-Cállate Ryle, nos van a escuchar.

No le importó nada y siguió hablando.

-¿Recuerdas que cuando te conocí ibas igual? Una capa llena de comida, recién robada. Mierda, te veías tan asustada.- sonrió ante el recuerdo y me hubiera gustado decirle que no estaba asustada.
Quise decirle que muy pocas veces he temido por mi vida  porque realmente no me importaba lo que pasara. Antes me daba igual vivir o no, ya no es tan así. No se lo dije.

Inclinó su cabeza para mirarme, dejando ver sus ojos verdes y sonrió mientras caminaba hacia mí.

-Creo que es todo. Vamos.

-Ya era hora. Eres un humano realmente estúpido, nos podrían haber atrapado.

-Pero no lo hicieron.- me dijo mientras pasaba su brazo por mis hombros, tratando de abrazarme de costado.

Lo aparté de mí y caminé más rápido dejándolo atrás.

En el camino de regreso  al sendero no hablamos casi nada. Solo avanzamos hasta llegar. Los bosques son aún más helados que las ciudades y los pueblos así que en cuanto pisé la nieve del bosque un escalofrío me recorrió la médula, entumecida me sumergí en la capa hasta que solo se me vieron los ojos y seguí caminando atrás de Ryle.

Después de unas horas paró para mirarme y lanzó una carcajada.

-Te ves graciosa.- exclamó apuntando la forma en la que tenía puesta la capa.

Lo ignoré y seguí avanzado.

-Que amargada.– siguió caminando hasta alcanzar mi ritmo y estar junto a mí. Mientras caminábamos siguió hablando. —Sé que sonará un poquito mandón pero en el castillo tendrás que hacerme caso cuando te lo pida.

Me frené en seco al oír eso.

-Claro que no.

-Sí, tendrás que hacerlo.

-No tengo porqué hacerte caso Ryle.

-He vivido toda mi vida en el castillo, yo creo que sí.

Arrogante. A veces olvido que Ryle es un maldito  un humano.

-Cómo sea, no me dirás que hacer.

Me miró esbozando una sonrisa y siguió caminando, sin dejar de mirarme un segundo.

-Mira hacia al frente, te vas a caer.– le dije arrastrando las palabras.

-¿Te importa que me caiga?

-Olvídalo.– En ese momento la Thadea malvada se apoderó de mí y con las dos manos lo empujé a la nieve para que cayera y salí corriendo.

-¿Qué te pasa Thadea? Estás jodidamente loca. –escuché sus gritos cada vez más lejos mientras corría atrás de mí, mientras más se acercaba escuchaba más cerca su risa.

Me miró y cuando nuestros ojos se toparon nuestras estruendosas risas me hicieron perder todo el sentido, reímos tanto que caímos en la nieve a carcajadas. Como pude me incorporé de nuevo para poder pararme y en cuanto lo hice Ryle me empujó hacia el piso para tirarme.

-

El resto del camino hasta el castillo fue normal, estaba nerviosa. Y Ryle estaba asustado, aunque él trataba de ocultarlo su angustia era clara.

-Entraré y diré que

he vuelto, que no volveré a escapar y haré caso a mi madre.- me decía Ryle mientras me explicaba todo el plan para ir al castillo.

-¿Y como entro yo?

-Te pondrás la capa y cubrirás tu cara. Irás junto a mí y pasaremos junto a los guardias con mucho cuidado, no harán preguntas así que te esconderé en una habitación antes de ir a ver a mamá.

-Bien, espero que funcione, suena demasiado sencillo.

-Ese es el punto.

Mientras más nos acercábamos al castillo más se aceleraba mi corazón. Antes de conocer a Ryle no me importaba si me hacían daño, porque yo no me quería, nunca me he querido a mi misma, ahora que lo conozco, creo que si aprecio a Ryle, y no me gustaría perderlo de la misma forma que perdí a mamá. Porque el me importa, y sé que está mal. Porque eso me hace débil y no debería ser así, he luchado por reprimir todo eso pero cada vez me es más difícil evitar reír, o sentirme triste, incluso he llorado y eso me está matando.

-Llegamos.–Ryle me miró y se acercó para ayudarme a ponerme el gorro de la capa y tapar mi piel.


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