Capítulo 50 (FINAL)

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Sentí que se me cortaba la respiración.

Necesitaba respuestas.

La Reina me miró mientras se levantaba tranquilamente de su asiento, la recamara estaba vacía a expeción de nosotras dos.

—¿Qué? —pregunté torpemente, aún atónita por la revelación.

—No sé cómo no lo habías notado antes, bruja estúpida.

La mente me iba a mil por hora, tenía millones de preguntas, cada vez surgían más y algunas respuestas comenzaron a llegar por si solas. Ella causó el huracán, por supuesto ¿Eso significaba que los poderes de las brujas aún existían? Y si es eso cierto ¿Por qué ella lo haría? Y ¿cómo llegó una bruja al trono de Inglaterra?
Ella comenzó a caminar por la habitación y se acercó a la puerta.

Puso el seguro y supe que Ryle no podría entrar. Estaba atrapada con ella.

—Pues sí. Soy igual de asquerosa que tú, soy una bruja. —caminó hasta una silla que había, completamente calmada.

—P-Pero —agarré fuerzas para hablar —¿Por qué? —pregunté conteniendo las ganas de arañarle la cara.

—Oh es una gran historia. Ponte cómoda, niña.

Apuntó a un sillón que había ahí para que yo me sentara, pero me quedé de pie mirándola atónita, así que ella siguió hablando como si de un monólogo se tratase.

Había una vez, una muy infeliz yo. —soltó una sonrisa melancólica y habló. — «Había una vez, una bruja de tan sólo 16 años, débil e ingenua. Y sobretodo, estúpidamente enamorada. Enamorada del príncipe de Inglaterra, igual que tú ¿no es así? La bruja fue tan tonta como para creer que podía ser correspondido, que el príncipe la amaría en igual medida. Fue tan estúpida, como para creer que alguien la amaría.

Y todo parecía estar resultando, porque luego de confesar sus sentimientos al príncipe, él la aceptó, le juró su amor y le prometió todo tipo de cosas materiales y lujos, pero a esta tan estúpida bruja no le importaban en lo absoluto los objetos de valor que él pudiera darle, ella solo quería ser la única dueña del corazón de aquel cruel príncipe que parecía quererla. Ella se enamoró de la forma más estúpida y ciega que conoció, de haber sido necesario, ella hubiera dado y entregado su vida devotamente por él.

Se veía embelesada por aquellos ojos verdes del príncipe que tanta ilusión le hacían, por cómo le decía que la amaba y sintió que danzaba entre la perfección.

Pero los finales felices no son para nosotras ¿cierto? Al fin y al cabo, el príncipe sólo la ridiculizó. La humilló y la engañó ¿Y sabes por qué, Thadea? Porque era una bruja.

Él príncipe la hizo asistir a todo tipo de eventos reales, ella se sentía parte de ese mundo, él la hizo partícipe. Pero no de la forma en que ella creía, porque su amor la cegó demasiado como para dejarla entrever las verdaderas intenciones que él tenía.

Porque un día, en uno de los banquetes con la élite real, el príncipe la traicionó. Ordenó a los guardias que la capturararan sin ningún tipo de piedad, los obligó a  amarrarla en una hoguera y quemarla viva, frente a todos los presentes. Porque eso había sido ella para él. Una entretención, un ridículo espectáculo, así que la ingenua bruja se encontró atada a una hoguera, con el fuego consumiendo su cuerpo y mirando hacia todos lados, sollozando de la forma más débil. Y todo por amor.

Pero cuando los ojos de aquella bruja se cruzaron con los de aquel príncipe que parecía divertido, su corazón roto se convirtió en fuego. Ella era odio, sus ojos desprendían ira y todo su amor se convirtió en rencor en contra del príncipe. Él la había traicionado. Y ni si quiera todo el amor que alguna vez creyó sentir por él pudo superar la furia que estaba  desatando en su interior.

Trono De Brujas ✔️ (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now