Capítulo 29

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Mientras subíamos por el ascensor me sentí eufórica, la culpa no se esfumó del todo, pero sí pude tranquilizarme y dejar de odiarme como lo había estado haciendo las últimas horas. Ryle iba nervioso, con una mano apoyada en la baranda y al ver el moretón de su mandíbula me vi en la necesidad de averiguar su origen.
Lo miré fijamente buscando las palabras para poder llegar al tema.

-¿Qué es eso?- le dije apuntando su mentón, el pasó sus dedos y me miró severamente.

-No es nada. -le restó toda la importancia que pudo y se calló.

-¿Qué es?-insistí.

-Solo algo que le pasa a los humanos algunas veces, tenemos piel sensible.- me miró verificando que su respuesta fuera suficiente, pero por supuesto que no lo era.

-¿Y por qué pasa eso?-mi pregunta lo sorprendió y respondió inmediatamente:

-No hay motivo. Tú lo dijiste, los humanos somos extraños.- levanté una ceja.

-No soy estúpida.-le dije tratando de que me dijiera la verdad.

-¿Estás segura de eso?-me preguntó sonriente.

Hice un gesto de indignación y miré hacia otro lado, no me dirá nada más acerca de eso. Las preguntas que tenía querían escapar solas y yo no las podía parar de repetir mentalmente. ¿Cómo es posible que él haya hecho esto? Y tantas cosas me resonaban, quería saber por qué él tenía esas llaves y de pronto, con la palabra 'por qué' en mente recordé lo que dijo allá abajo: 'porque te quiero, no planeaba quererte y te quiero.' el pidió que no volviera a hacer preguntas respecto a ello pero la verdad es que tenía tantas teorías y formas de interpretarlo que sentí que mi cabeza explotaría de confusión, sé que he dicho que yo le quiero, pero no estoy segura de ello, de lo que sí tengo certeza es de que lo necesito. Lo necesito para llorar, lo necesito para reír, lo necesito para poder sentir y eso me está consumiendo, yo no puedo necesitar a alguien, mucho menos a un humano, y aún peor, un príncipe. Yo lo necesitaba y dependía de él para poder estar bien y eso es fatal.

Cuando el asensor paró de golpe y las puertas se abrieron salimos por un pasillo poco concurrido. Caminamos de puntillas y pegados a las paredes por si alguien venía.
Estaba tan absorta en cada pensamiento que casi no noté el ruido de los tacones que golpeaban por el fondo del pasillo. De pronto sentí que me jalaban hacia el piso.

-¿Qué te pasa?- le reproché a Ryle.
El tapó mi boca y apuntó al pasillo.

Apenas asomé mi cabeza para poder entender y cuando vi a la reina Narine caminando por aquel lugar se me paró el corazón. Miré a Ryle y se veía tranquilo aunque sus manos temblaban. Me pegó a la pared y se ubicó frente a mí para que la reina no nos viera, sentí su corazón latir sobre mi pecho y la situación me hizo sentir extraña.

-Estás nerviosa.- susurró sonriendo de lado.

-Claro que no, ridículo.-lo aparté de mí y el sólo se rió por lo bajo.

-¿Ryle?- la voz de Narine hizo eco por el largo pasillo. -¿Con quién hablas?

Ryle me miró y estuvo tan cerca mío que sentí su respiración. Me volvió a pegar a la pared y esta vez el se alejó.

-No te muevas.- me susurró.

Entonces caminó hacia su madre como si nada pasara.

-Mamá.-lo escuché gritar de un lado del lugar al otro.

-Aquí estás.-escuché la voz chillona y molesta de la reina-¿Con quién hablabas?

-Solo.- le respondió cortante.

Trono De Brujas ✔️ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora