Capítulo 27

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Me separé bruscamente de Ryle cuando la lluvia empezó a caer y corrimos hasta un lugar bajo techo para poder conservar el maquillaje de mi piel.

Nos quedamos junto a la puerta bajo un techito pequeño que había, cuando tuve tiempo de mirarlo noté que parte de su camisa estaba con una lágrima, mía. Una lágrima plateada resaltaba sobre la camisa negra y cuando intenté quitarla no me dejó.

—Déjame quitarla.—le dije tratando de llegar a su camisa para poder borrar las manchas.

—Está bien así.—me dijo apartando mis manos.

—Como sea —le dije rodando los ojos —deberíamos entrar al castillo, van a anunciar todo y te necesitarán de seguro. —le recordé tratando de llevarlo hacia adentro.

—No lo sé. No es como que yo quiera ir. —le di una mirada de desaprobación.—Está bien, solo un segundo. —y entonces salió disparado bajo la lluvia mojando todo su traje y su cabello.

—¿Qué estás haciendo?— le grité desde bajo el techo.

—A mamá no le gustaría que llegue así.— y luego de decir eso sonrió de una forma que me causó cosquilleos. Luego de unos minutos sacudió su cabeza para secar un poco su cabello y cuando yo iba a tomar su mano para  que nos fuéramos, se apartó.

—Estoy empapado. No me toques. —y recordé la forma en la que me veo, todo el maquillaje y máscaras que llevo puestas y debo intentar conservar.

Caminamos hasta la entrada del baile y los guardias susurraban cosas mientras pasábamos.

—Limitense a hacer su trabajo. —les dijo Ryle y entonces los murmullos fueron reemplazados por un silencio inquebrantable.

Llegamos hasta la puerta para poder entrar al gran salón y en cuanto él las abrió, todos nos miraron. Sentí los ojos clavados en mí y en Ryle. Personas susurrando cosas y haciéndose a un lado para dejarnos pasar.

—Ahí estabas.— apareció la reina y lo tomó del brazo para llevárselo. Me dio  una  mirada indiferente de apenas un segundo y se volvió hacia él otra vez. Bajando la voz comenzó a decir —No puedo creer hasta donde llega tu irresponsabilidad, Ryle James Moore, eres un imprudente.— y casi inaudible, solo para que Ryle y yo pudiéramos escuchar siguió hablando escandalizada con un hilo de voz mientras todos miraban la situación—Yo no te crié de esta forma, y estás empapado.— Me tomé un momento para mirarlo y él estaba impecablemente serio, sin expresión y la mirada vacía que creí haber perdido hace unos momentos había vuelto, más vacía que nunca. Sin ningún sentimiento para revelar. Entonces lo desconocí. No podía creer que el hombre de traje negro parado junto a mí era la misma persona que me había salvado, de todas las formas posibles.— Ni si quiera te preguntaré qué estabas haciendo, niño estúpido. —le siguió reprochado la reina y los demás ya habían dejado de prestar atención a todo esto, entonces la reina Narine me lanzó una mirada de pies a cabeza— Además, con una cualquiera, si este rumor se extiende... — y no pudo seguir porque se vio  interrumpida..

—No la vuelvas a llamar así.— la voz de Ryle sonó imponente en el salón, por sobre la música de fondo y todos volvieron a prestar atención a la discusión. Todos me miraron y sentí sus ojos desnudarme, todos excepto Ryle, el tenía sus iris verdes clavados en su madre, una mirada de odio, la boca sin revelar una sonrisa y la mandíbula tensa.

—Baja la voz, ahora. —le dijo ella simulando una sonrisa para que los demás creyeran que no pasaba nada. —Le diré cómo yo quiera—dijo casi inaudible. —Ahora ven, tenemos que anunciarlo. —y cuando le trato de agarrar el brazo el lo apartó y puso sus manos en los bolsillos, parecía calmado.

—¿Qué está pasando madre? —Heigh apareció por el hombro de la reina y ella le regaló una falsa sonrisa. — Tu hermano nuevamente no se está comportando como debería—bajó el volumen de su voz al ver que las personas estaban al pendiente, finjió una sonrisa y continuó— porfavor ten la amabilidad de llevarte a esta encantadora señorita.

Heigh miró a Ryle solo unos segundos, y cuando él hizo un gesto de asentimiento casi imperceptible, Heigh contestó.

—Claro madre. —puso su mano en mi espalda dirigiéndome hacia el lugar en donde todos se encontraban bailando. Miré en dirección a los tronos y pedestales que habían al fondo de la habitación y vi a Lúa, tan pálida como le es posible y junto a esos tronos a Ryle sentándose con la misma actitud y cara de odio.

—¿Estás bien? —me dijo Heigh sacándome de los pensamientos.

—Claro. —le dije temblando.

—No puedo creer que hayas venido. —me dijo sonriendo, el traía un traje negro y una camisa blanca, su máscara era dorada. Me quedé en silencio así que el siguió.—Mi madre está un poco molesta, ya se le pasará.
Por cierto, nunca antes te había visto usar vestido.

—Ya lo sé— le dije recordando que siempre uso jeans y una camisa, me sentí culpable al tan solo recordar que mi vestido estaba financiado por la reina.

—¿Todo ese maquillaje... Fue Abenia?—Asentí. —Te ves muy bonita, por cierto. — me dijo apuntando el vestido. Ah ¿Gracias?

Luego de unos minutos, la reina se puso de pie haciendo que todo el salón guardara silencio. Fue entonces cuando dijo:

—El tan esperado anuncio... —y sonrió placenteramente, pude ver como Ryle ponía los ojos en blanco y como Lúa tiritaba. Ambos tendrían que hacer algo que no querían.—Como bien sabrán, mi hijo, Ryle James Moore, ha alcanzado la mayoría de edad—al escuchar su nombre, Ryle se estremeció en el trono. —Es por esto que me complace anunciarles que se convierte en el primer heredero a la corona, pero bien es sabido, que un Rey necesita de una Reina —Vi a Lúa empalidecer y las palabras de la Reina Narine me parecieron estúpidas. —No quiero aburrirlos ni mucho menos, así que sin mas preámbulos, me encanta ser la portadora de esta noticia, Ryle Moore, principe de Inglaterra— un escalofrío me recorrió al oírla decir eso— y Lúa Dubois, princesa de Francia, contraerán matrimonio el próximo invierno.— vi una lágrima caer por la mejilla de Lúa y a Ryle tensarse completamente, entonces las personas aplaudieron y se hizo un bullicio total, la gente celebraba, festejaba y felicitaba, también habían personas que se preguntaron si Ryle sería capaz de gobernar en algún momento, que era demasiado rebelde y un sin fin de cosas que las personas cuchicheaban.

A las 12 y 30 minutos la gente se hizo a un lado para dejar el centro del salón de baile despejado y poder dar espacio a Ryle y Lúa, que debían bailar en honor al compromiso. Que ridiculez.

Mientras ellos bailaban solo pude fijarme en la frialdad de los ojos de Ryle, la poca fuerza con que se movía y lo cansado que se notaba. Al terminar el baile, Ryle salió por la puerta trasera y no volvió a aparecer, en cuanto las personas comenzaron a irse, Lúa corrió hacia mí, disculpándose por no haberme hablado antes.

—Enserio lo siento tanto, mamá y papá no me dejaron pararme en toda la fiesta.— sus lamentos me parecieron agradables así que le dije que no se preocupara, que la entendía y que todo estaba bien.

Ella me tomó del brazo y saliendo del baile nos fuimos a nuestras habitaciones.

Que extraña noche.

Lúa me acompañó hasta mi cuarto y conversamos un rato, me contó que conoció a un chico, que enserio le hubiera gustado hablarle más, pero le fue imposible por sus padres.

Ella estaba cansadisima y más aún lo estuvo luego de llorar un rato junto a mí, le dije que no se debía preocupar, que yo estaría para ella y sentí cariño a Lúa. Ella se fue y me prometió almorzar conmigo mañana.

Luego de un rato entré al baño  y parada frente al espejo, solo pude correr desesperada a la ducha para arrancarme esa piel que no era mía. Al contacto con el agua tibia todo el maquillaje empezó a salir y mi piel empezó a palidecer de nuevo. Cuando me sentí libre salí de la ducha y me puse una bata.

Quise reflexionar sobre esta noche, sobre Ryle, sobre lo extraña que me sentí cuando estuve sola con él y sobre todo, quise pensar en aquellos gritos, las brujas que fueron quemadas esta noche. Pero mi mente lo bloqueó, bloqueó todo recuerdo de ello y no me permití si quiera repetir esos gritos en mi mente. Eran demasiado.

Aún así debía hacer algo, y rápido.

Trono De Brujas ✔️ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora