☾ Capítulo 4. Palabras en papel y piedra

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15 de Marzo de 1980

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15 de Marzo de 1980. 

Queens (Brooklyn), Nueva York.

Había una minúscula cruz pintada con tinta roja en mi mapa, Jessica la señaló para mí, marcaba el sitio exacto donde mi hermana permanecía en su descanso eterno. Me parecía surrealista salir de casa para ir a verla, horas antes estaba en Japón, con mis preocupaciones diarias comunes y ahora me encontraba tan lejos.

El cementerio Green Wood, estaba ubicado en Brooklyn, así que debía tomar el subterráneo si quería llegar ahí en una pieza. Las indicaciones de Jessica fueron claras, sin dejarme oportunidad de perderme y como prometió, me hizo una lista sobre sitios que ella conocía. Los tendría muy en cuenta, luego de obtener permiso para leer el diario de mi hermana.

La verdadera aventura comenzaba ahora, exactamente a las 11 am. frente a la estación de tren. Me sudaban las manos al momento de sujetarme de la barra metálica del metro. A pesar de los nervios, permanecí atento a las indicaciones para bajarme a tiempo, sin distraerme. Ya en la siguiente estación, encontré la salida que me llevaría a la calle, después sólo tendría que caminar en línea recta y girar un poco a la derecha.

El cielo gris, casi blanco y nublado, daba el aspecto de que estaba cayendo la tarde. Corría el aire con potencia, arrastrándome hacia atrás, me opuse a él con algo de fuerza pero, finalmente no pude avanzar. Me cubrí como pude con la chaqueta, bajando la cabeza con la intención de romper el aire. Hice una pausa, necesaria, para recuperarme y dejar que terminara de ir en mi contra. Soplé contra mis manos frías para calentarlas.

Estuve extraviado unos minutos, observando pasar a la multitud en las calles y a los coches rebosando el sitio. Hasta que, luego de caminar en aparentes círculos, pude ver las puertas del camposanto. Solo había visitado el sitio en una ocasión, pero fue inolvidable.

La altura de los arcos, en forma de pico y delgados, decorados con tallados específicos en los bordes y en las puntas; eran enormes. Preciosos, llamativos y con un significado detrás que desconocía. Una pieza de construcción majestuosa.

Tomé una guía turística gratuita del estante de un quiosco en la entrada para comenzar a leer mientras las cruzaba, admirando los detalles grabados sin entenderlos y solo despegando la vista del papel lo suficiente como para no tropezar. En el se leía: "Incautado en 1838, se presume que será considerado como un Monumento Histórico Nacional en los próximos años. Ubicado en Sunset Park..."

Tras pasarlas, todo alrededor se convertía en un largo pastizal, pensé encontrarlo cubierto de nieve por la época del año. Agradecía verlo limpio y en todo su esplendor. Del suelo sobresalían piedras que serían las lápidas de miles de personas ahí enterradas. Unas oscuras, otras de color claro, con letras en blanco o talladas sin pintar, con palabras en negro, dorado o que apenas si podían ser legibles.

Seguí las indicaciones para llegar. Acompañado por el sonido de mis pasos chocando contra la grava y, en ocasiones, contra el pasto brillante por la humedad del rocío.

Besos robados en Nueva York  [Omegaverse]Where stories live. Discover now