☼ Capítulo 21. Noche de modas

2K 320 231
                                    

18 de Marzo de 1980

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

18 de Marzo de 1980. 

Nueva York, Nueva York.

La visita de Blanca no fue la gran cosa. Se esfumó luego de soltar mucha información entre verborrea y repetirme hasta el cansancio sobre la pasarela de la noche. Se retiró sin importarle interrumpir mis planes. No tenía alguno, tal como él dijo, eso confirmaba que en verdad media bien mis movimientos. ¿Era bueno o malo? ¿Aliado o enemigo? El tiempo lo dirá.

No me era leal, no existían garantías para prevenir una traición suya, nuestros lazos no iban más allá de negocios e intercambios de clientes. Drogas, prostitución, apuestas. Blanca movía dinero en cantidades obstinadas y sin pestañear. Mantenernos en buenos términos traería beneficios a futuro.

De ahí la importancia de la invitación, las apariencias lo eran todo y oculta en esta fachada de una simple gala de ropa de diseñador, se resguardaba la verdad. Compartir un secreto, la apariencia y datos sobre su pareja actual. Sus insinuaciones de conocer mis movimientos me ponían en desventaja, pero con esto, estábamos a mano.

Me aseguraría que él no abandonará el barco en el que nos hundimos, por lo menos no antes que yo. No solo él pagaría las consecuencias, arrastraría a su amante hasta el fondo, juntos. Sacudí esos pensamientos funestos de mi cabeza, porque me recordaban a cierto omega, aquel chico enérgico y sonriente que no le temía a nada. Él también podría caer si nos mezclábamos. ¿Lo valía?

El papeleo debía terminarse antes de las 6 de la tarde, mi hora de salida. Si acababa los trabajos de dos o tres días podía tomarlos libres, y lo necesitaba con urgencia. Le pedí a los betas que rechazaran a cualquier otro invitado, para concentrarme en transcribir hoja tras hoja, sin interrupción. La vez pasada no funcionó bien, porque Kong los derrotó como si nada, pero en esta ocasión los betas cumplieron sin problemas mis órdenes porque ninguno de los chicos de "la manada" vino para llevarme a las cacerías de la tarde.

Me pareció extraño, pero no le di la debida importancia.

La noche cayó con su fuerte presencia, las luces de la ciudad competían tras mi ventana para no cederle ni un solo paso, con su brillo y oscuridad tomando el espacio de la calle. La oficina estaba iluminada con luces bajas, permitiendo que la noche se instalara un poco a mi alrededor. Y mi faena no terminaba, por algo era el trabajo de tres días. Sin detenerme a descansar, mi bolígrafo no paró de escribir y manchar con tinta hasta que acabé.

Solté la pluma, girando mi cuello, tronando los huesos de mi espalda. Me masajeé las sienes, frotando mis ojos por el cansancio. Distraído, el golpe suave tras mi puerta pareció incluso más sonoro de lo que en realidad fue.

–¿Quién es? –contesté de mala gana, sin levantar la cabeza. Solo quería un poco de silencio y dormir, dormir por horas.

–El señor Blanca lo espera abajo, Ash –fue la respuesta en voz baja de uno de los betas, ni siquiera abrió la puerta, temeroso de mi mal humor.

Besos robados en Nueva York  [Omegaverse]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora