☾ Capítulo 9. ¿Encuentro destinado? (II)

1.8K 384 443
                                    

Y comenzamos a huir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Y comenzamos a huir...

Él sosteniéndome de la muñeca, mientras me arrastraba, y yo tropezando detrás. No conseguía seguirle el ritmo y eso que siempre tuve buena resistencia. Mis pasos se sentían cansados cuando nada más habíamos avanzado dos minutos completos. Creo que a causa del estrés. Oía pisadas detrás de nosotros, solo por ese motivo no me detuve.

–Si te detienes nos asesinarán a ambos –fue el intento de alentarme que me dio el alfa.

–¡Ash! –un grito, justo detrás de nosotros. No parecía ser amigable, fue una advertencia–. ¡Será mejor que te detengas! ¡Vamos a abrir fuego!

No dejamos de correr.

Ash, "si ese era su nombre", aparentaba conocer a dónde nos dirigimos. Guiándome entre los edificios, corríamos a toda velocidad, por alguna razón ya no me sentía cansado. Seguro que las amenazas de los hombres potenciaron mis instintos de supervivencia, disparando mi nivel de adrenalina, incluso comencé a sentir pequeñas gotas de sudor recorrer mi rostro.

–¡No voltees! –me ordenó.

Pero no hice caso, giré la cabeza, en el momento preciso en el que el chico detrás de nosotros, ¡que no estaba a más de 10 metros! Apuntó su arma en nuestra dirección. Se escuchó un estallido, luego otro, fueron llegando más, como una lluvia torrencial que pretendía matarnos.

Los hombres del sujeto llamado Arthur venían persiguiéndonos, dispuestos a acabar con nuestras vidas.

–¡¿Qué está pasando?! –exigí saber, seguíamos corriendo, metiéndonos en una calle para esquivar las balas, continuamos moviéndonos, sorteando las calles para poner la mayor cantidad de edificios de granito entre ellos y nosotros. Llegamos lejos, no tenía ni la más remota idea de donde estaba, no podría regresar fácilmente a casa hasta que viera algo que me ubicara.

Nos encontramos de frente con una calle atascada de tráfico vehicular, todavía oíamos sus gritos y disparos a nuestras espaldas. Ash parecía interesado en cruzar la calle, perdernos entre el gentío y quizá, separarnos en algún sitio para que, en la medida de lo posible, no nos volviésemos a encontrar nunca más.

Pero mi resistencia no aguantaría, en cualquier momento llegaría a mí límite, jadeaba sin control y fue entonces que, se me ocurrió una idea mejor. Sin decir una palabra lo arrastré conmigo sobre la misma avenida, a un costado nuestro, había grandes pilas de cajas y basura. Un escondite asqueroso, perfecto para la ocasión. Él reacio a seguir mi idea, conseguí moverlo de puro milagro. Recogí varias de las cajas, haciendo un hueco que daba exacto para los dos, una vez acomodados, puse todas las cajas encima.

De la nada, la montaña de basura se desacomodó, aplastándonos debajo de manera convincente. Por el movimiento repentino de las cajas, Ash se movió sobre mí, quizá a espera que nuestro escondite cayera.

–Disculpa por la mala idea –murmuré. Mi espalda apoyada contra la pared y él, de rodillas en medio de mis piernas.

–¡Calla! –volvió a ordenar de forma brusca, poniendo su dedo índice sobre sus labios. Aún en la oscuridad y con la poca luz proveniente de la calle, sus ojos esmeraldas se movían rápido, como los de un gato acostumbrado a moverse entre el peligro. Me parecía maravilloso, a lo mismo que riesgoso. Él seguía siendo un alfa y yo un omega, no había nadie cerca que me defendiese contra sus colmillos, si es que decidía comerme ahí mismo.

Besos robados en Nueva York  [Omegaverse]Where stories live. Discover now