Confesiones

103 18 3
                                    


—Visualiza el escudo.

Nolan se colocó en posición de ataque mientras yo respiraba de forma entrecortada, cansada por el esfuerzo. Como parte del entrenamiento, mi profesor me enseñaba a repeler a un enemigo con el primero de mis dones: el aire. No era tan fácil como podría parecer. Según el vampiro, un fuerte ataque de viento con la duración, fuerza y dirección correcta me proporcionaría el empuje perfecto para mandar a cualquier persona lejos de mí. No obstante, mi control sobre el aire tenía que mejorar considerablemente.

Respiré profundamente y fui soltando poco a poco el aliento mientras me concentraba en la zona en la que sabía que Nolan me atacaría. Dibujé un círculo lo bastante grande como para abarcar por completo su cuerpo y concentré el aire allí. Después, esperé.

Cuando los músculos de mi profesor se tensaron y su abrigo comenzó a ondear gracias al movimiento de su cuerpo, utilicé toda mi energía para azotar el viento en su dirección justo cuando él saltaba para atacarme. El aire le dio de lleno y lo ralentizó, pero no fue suficiente como para detenerlo.

—Esta vez he notado más resistencia —comentó tras aterrizar a medio metro de mí.

—Sigue sin ser una buena defensa —bufé, recuperando el aliento—. Ni siquiera es mediocre.

—Mejorarás —aseguró con gesto serio.

—Necesito practicar más.

Irguiéndome en toda mi baja estatura, me coloqué de nuevo en posición para levantar mi defensa una vez más. Sin embargo, Nolan negó con la cabeza lentamente antes de salir del agujero en el que sus piernas habían quedado enterradas por la nieve debido al salto.

—Descansa antes de seguir intentándolo —me pidió una vez liberado—. De lo contrario, acabarás frustrada y sin ganas de continuar practicando. Es mejor parar a tiempo y volver con más fuerzas mañana.

—Tendré en cuenta tu consejo.

—Pero no lo dejarás para mañana.

No respondí porque no creí que fuera necesario. La sonrisa ladeada que él trató de esconder habló por sí sola. No creí que fuera malo seguir practicando un poco más y quizás Kinn estuviera de humor para lanzarme unas cuantas bolas de nieve. Había descubierto que era un entrenamiento tan válido como cualquier otro que me permitía una cierta ventaja. No tenía que desviar un cuerpo del peso de Nolan, sino una simple bola de agua helada. Si conseguía hacerlo bien, podría probar con algo más grande y más pesado que eso e ir aumentando poco a poco. Al menos, esa era la idea.

Una vez finalizada la clase, me reuní con Ámarok fuera del bosque, cerca de la Academia. Por suerte, aquella noche no estábamos bajo una tormenta de nieve, al contrario que la noche anterior. Se podía percibir el cielo cuajado de estrellas con la Luna menguante brillando junto a ellas. Debido a la nieve, ya no nos sentábamos en el suelo para admirar el paisaje, sino que después de algún paseo nos sentábamos en el salón disfrutando de la calidez del fuego. Dependiendo de los días, también disfrutábamos de compañía como Kinn, Schatt y, a veces, incluso Nolan compartía conversaciones amenas con nosotros. Los únicos que no se mezclaban con los demás eran Gladius y Asmord, además de Hesper, quien siempre se encontraba en sus aposentos. Y a los dos primeros nadie parecía echarlos en falta, sobre todo a Asmord. No había vuelto a ver a mi antiguo profesor desde la realización de mi primera prueba, cosa que no lamentaba, pero que me resultaba extraña después de pasar tanto tiempo con él- Ámarok parecía estar siempre pendiente de mí en ese aspecto, asegurando que no quería que sufriera de desamor por una persona tan despreciable como él.

No se merece ni uno solo de tus pensamientos, aunque ninguno de los dos podamos controlarlos —me había dicho una vez.

Pero lo que a mí me mataba era que a pesar de saber lo que había hecho, a pesar de mi enfado, a pesar de traicionar mi confianza... lo echaba de menos. En ocasiones me volvía loca creyendo que había captado su aroma cerca de mí en el bosque y me obligaba a olvidarlo. Al menos debía agradecerle la distancia que había interpuesto entre nosotros porque lo hacía todo bastante más sencillo.

El mundo oculto del Espejo [SILENE #1]Where stories live. Discover now