Primera Luna llena

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No, no se me ha olvidado. Como cada semana, aquí tenéis el nuevo capítulo. ¡Espero que lo disfruteis!


Espera. ¿Me estás diciendo que...?

—Sí.

Ya no quedaba nada más del pequeño diario que habían escrito aquellos viajeros espaciales sobre su aventura en el planeta Cuarto. Todo lo que habían podido escribir lo habíamos leído.

—Debió de ser así como logró propagarse la enfermedad —dejé el manuscrito sobre la mesilla—. Los vampiros mordieron a los neptunianos. A tres de ellos. A saber cómo les afectó...

Uno de ellos parecía estar muriéndose —comentó Ámarok—. Ese tal Tek.

—Quizás murió. Es una posibilidad. No sabemos de qué manera pudo afectarles aquel mordisco. La pregunta es: ¿sabían los vampiros lo que estaban haciendo?

El lobo y yo nos miramos durante unos instantes, sopesándolo.

No, no lo creo —respondió él—. Era la primera especie que veían con cierto parecido a ellos, ¿no?

—Tampoco conocemos la apariencia de aquellos seres. Lo único que se mencionan son los ojos...

¿Por qué lo ocultarían? Quiero decir, ¿cuál es el secreto para tener que ocultarlo a todo el planeta?

—Quizás no lo hicieron para que no cundiera el pánico, porque al principio no sabrían cómo manejarlo.

Si fuera neptuniana, aquellas teorías me habrían procurado un buen dolor de cabeza. En cambio, debido a la transformación en vampiro, mi salud parecía mucho más fuerte.

Por mucho que quisiera dejar de pensar en lo que acababa de leer, no podía. Tenía la sensación de que muchas respuestas se me escapaban de las manos. Había muchos más secretos ocultos, misterios que me estaban esperando allí fuera. Y la incesante sensación de peligro e incertidumbre me atenazaba el corazón. Fuera como fuese, lo único que podía hacer era esperar a que Asmord se sintiera generoso al día siguiente, tanto como para arrojar un poco de luz sobre el asunto.



—¿Todo?

Era la primera vez que estaba cerca de ver a Asmord casi sorprendido. Al parecer no se esperaba que leyera el diario la misma noche que me lo dio. ¿Qué esperaba? Había ido hasta allí en busca de respuestas. No me iba a quedar de brazos cruzados mientras podría encontrar algunas encima de mi mesita de noche.

—Entero —confirmé.

—Hoy no va a poder ser y mañana tampoco —Asmord miró hacia el cielo a través de los árboles—. Mañana por la noche habrá Luna llena.

Aquella declaración era lo único que podía quitarme de la cabeza los recientes descubrimientos. Mi primera Luna llena... Mi primer descontrol total. Sentí un nudo en la garganta tan profundo que apenas me permitía tragar mi propia saliva. Me habría gustado preguntarle, saber un poco más acerca de aquello que tanto nos afectaba, pero Asmord no era el indicado para hablar. Con aquella aura, dura y siniestra, solo empeoraría mi estado de ánimo. Quizás Kinn pudiera darme algunos consejos aquella noche.

Tras un entrenamiento especialmente brutal, no me quedó otra que apoyarme sobre el tronco de un árbol para forzarme a respirar. Un vampiro al que le falta el aliento. Patético. Y, seguramente, Asmord también estaría pensando lo mismo en aquellos momentos. Cerré la boca y procuré normalizar mi respiración, o al menos disimular que no estaba exhausta. Al parecer, sí que me importaba lo que aquel vampiro pudiera pensar de mí. Lo más sorprendente fue descubrir que él apenas me estaba prestando atención. Parecía descentrado, casi nervioso. Lo cual aumentaba mis propios nervios.

El mundo oculto del Espejo [SILENE #1]Where stories live. Discover now