Capítulo 16: De Javier para Hugo

20 6 1
                                    

Desde el Hospital General de Zona No. 2, Aguascalientes, Ags. 2020.

Las vacaciones habían llegado a su final y la universidad me había comenzado a aterrar porque ahora que sabía lo que era entrar a una. Todos aquellos clichés de la aplicación de Wattpad donde leía mis romances juveniles de todo tipo comenzaban a tener sentido para mi vida cotidiana. Me acababa de bajar del autobús en la parada junto a la puerta principal de la universidad.

Habíamos quedado de vernos para entrar juntos, solo para entrar, porque tú ibas a estudiar Cinematografía y Artes Visuales, y yo Letras Hispánicas. Tenía miedo, claro que lo tenía; tenía miedo de lo que me depararía el futuro en esa institución que era la más demandada por todos los habitantes de Aguascalientes: la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

Te divisé a unos metros de distancia, bajándote del Vento de tu padre.

No entendía qué pasaba.

Apenas hace tres semanas que te habías peleado con tu padre fuera de mi casa, y ahora ibas llegado en su coche.

—¿Y eso? —Pregunté lo bastante fuerte para que me escucharas desde donde estabas. Llevabas puesto unos lentes negros de sol y te los quitaste, pasándote después una mano por tus rizos que se caían como cascada sobre tu frente.

Te encogiste de hombros y sonreíste.

—Anoche hablé con mis padres, y mi papá se disculpó por lo que había hecho en tu casa. Acepté las disculpas y me puso como condición para volver a casa que terminase contigo, me negué y no protestó. —Me plantaste un pequeño beso en los labios—. Aceptó que los tiempos cambian, pero aún trata de asimilarlo.

—¿Entonces todo va bien con él?

—Al parecer sí, pero por lo pronto no le sacaré el tema a relucir. Vamos, que se hace tarde. —Asentí y te tomé de la mano mientras nos encaminábamos hacia la entrada del edificio principal.

Muchas personas nos miraban sorprendidos, y no sé si era porque íbamos tomados de las manos o por tu inexplicable belleza, Hugo. Pero si de algo estaba seguro era que tú eras luz y todos querían iluminarse con ella. Los encandilabas cuando pasabas, porque si hubieras sido un astro, hubieras sido más potente que el sol.

Avanzamos con una sonrisa en el rostro, aunque detrás de la mía se escondía un inmenso nerviosismo el cual, por más sonrisas que tratase de mostrar, nunca podría cubrir y disimular del todo. Creo que si llegaste a notarlo por la manera en la que me apretaste un poco la mano antes de separarnos cada uno en nuestros propios salones.

Me diste un pequeño beso antes de irte y tragué saliva tratando de tranquilizarme. Te vi caminar por los pasillos de la universidad hasta que diste vuelta en una esquina y supe que el primer día de clases iba a comenzar.

***

El suspiro de varias de mis compañeras de aula resonó al unísono en el lugar al mismo tiempo que el último profesor cruzaba el umbral de la puerta, entonces exhalé sacando todo el aire que estuve conteniendo durante el día y el corazón me comenzó a latir emocionado al saber que volvería a verte y saber cómo te había ido a ti. Sabía que en la universidad todos teníamos horarios diferentes de salida, pero el primer día todos salíamos igual. O eso pensaba. Así que, tomé mis cosas y me puse la mochila en el hombro, y comencé a avanzar hacia la puerta del salón para poder buscarte. Me sentía fastidiado, ¿sabes? Tanto tiempo esperando para que el mejor momento de mi vida, que creí hasta entonces, sería mi estancia en la universidad, me estaba matando desde el primer día de clases.

Me sentía mal en cierto sentido, y si te preguntas por qué era por el simple hecho de que tantas discusiones con mis padres para poder estudiar lo que de verdad quería para que resultase tan aburrido y rutinario.

Hasta que el sol deje de brillar (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora