Capítulo 22: Actualidad

28 7 8
                                    

Hoy. 2021. Desde Aguascalientes, Aguascalientes. Actualidad.

La oscuridad en la habitación me rodea por completo, un relámpago ilumina el cielo nocturno seguido de un estruendoso trueno que hace vibrar los cristales de la ventana. Una lágrima se desliza por mi mejilla cuando cierro los ojos para rememorar la última imagen que tengo de él guardada en mi mente.

Por más intentos que hago para que su imagen aparezca ante mí, eso no pasa. Solo hay oscuridad. Negro. Dolor. Fuera, el sonido de las gotas de lluvia resuena al caer contra los cristales de la ventana, de los coches y sobre las azoteas de las casas. Ni siquiera me molesto en levantarme a cerrar la ventana para evitar que esta entre y moje el suelo de mi habitación.

Un escalofrío me recorre la espina dorsal erizándome la piel, sorbo por la nariz.

—¿Javier? —La voz de mi madre se escucha bajamente a través de la puerta de madera.

La lluvia estampándose contra el parabrisas...

Otro relámpago.

Las gotas caen con mayor fuerza.

Aprieto los ojos.

Las llantas rechinan contra el asfalto...

—¿Hijo? ¿Estás despierto? —Mamá insiste.

El corazón se me apachurra cuando los recuerdos de aquella noche vuelven a reproducirse frente a mí. Las lágrimas caen con más consistencia por mis mejillas en el momento en que la imagen de Hugo con los ojos cerrados, inconsciente, aparece ante mis ojos.

Aprieto los puños con fuerza, haciéndome daño en las palmas, encajándome las uñas. La respiración se me acelera y los labios me tiemblan, entreabiertos. Ahogo un sollozo que me cierra la garganta, evitándome el derecho de gritar con estrepito y dolor su nombre.

—¿Javier? —La voz de mi madre suena más fuerte.

Un golpe.

El coche gira sobre el asfalto...

Otro golpe contra la puerta.

El coche cae al barranco, girando...

—¡Javier, abre la puerta! —La manija forzándose.

El impacto contra el suelo provoca que mi cuerpo se desprenda del cinturón de seguridad... Sangre chorrea de mi frente...

—¡Javier! —La voz de mi padre se une a la de mi madre, y los golpes son cada vez más fuertes.

Golpe. Golpe. Golpe.

El tubo enterrándoseme en el abdomen...

—¡Trae las llaves ya! —Grita mi madre.

Un alarido de dolor brota de mi garganta...

—¡JAVIEEEER! —Grita con más fuerza mi madre.

Tomo las sábanas con los puños, apretándola con fuerza. De repente siento que el aire me falta, repentinamente se me ha olvidado cómo respirar.

Hugo...

El corazón se me quiebra en miles de pequeños trozos.

—Cariño, abre por favor —dice mamá con calma.

Hugo inconsciente frente a mí... Lo tomo de la mano... No responde...

Aprieto con más fuerza los ojos sintiendo las cálidas lágrimas caer por mis mejillas a chorros, otro relámpago ilumina mi habitación y un trueno lo demasiado fuerte lo acompaña robándose la energía del poste de la luz pública. La oscuridad es más inmensa, más profunda ahora, como la oscuridad en mi interior.

Hasta que el sol deje de brillar (TERMINADA)Место, где живут истории. Откройте их для себя