¿QUÉ FUE LO QUE HICE?

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CAPÍTULO 18

¿QUÉ FUE LO QUE HICE?

El recorrido por el Planetario tenía loca a Haru, todo le llamaba la atención, participaba activamente y la maestra que se había visto sinceramente preocupada por la niña, ahora sonreía contenta al ver que había vuelto a la normalidad.

Takato caminaba de la mano de su pequeña bajo la presencia protectora de Ramiro. Cada minuto que pasaba con ella le ayudaba a reforzar su decisión. Cada sonrisa y expresión de regocijo era suficiente para él.

—Vamos a entrar a la sala de proyección, sigan la línea por favor. - Indicó uno de los trabajadores.

El grupo de Haru, junto con los padres de familia tomaron lugar en los asientos reclinados. Parte del staff recorría las filas entregando los anteojos 3D para una mejor experiencia. Takato tomó una foto a Haru quien no había parado de sonreír en toda la mañana y que ahora tenía recargada sobre su hombro sintiendo la cálida respiración con olor a chocolate.

Las luces se apagaron y el espectáculo estelar comenzó.

Envuelto en su burbuja contra el dolor que la compañía de su hija le regalaba, el azabache se dispuso a disfrutar de la película; desgraciadamente los lentes 3D, así como los movimientos bruscos que le mostraban el universo como si viajaran en una nave espacial que se navegaba a velocidad supersónica le revolvió el estómago.

Incapaz de continuar, se puso de pie cubriendo su boca.

—Mami, ¿a dónde vas? – preguntó Haru en cuanto notó que este se despegaba de ella.

—Iré al baño. No tardo.

Ramiro intentó acompañarlo, pero el ojiazul le hizo una seña para que no lo hiciera.

Sintiendo que el piso se movía y que en cualquier momento volvería el estómago, corrió hacia la salida sin fijarse en nada más.

Apenas cruzó el umbral, escuchó un voz por demás conocida llamándolo por su nombre. En un instante los músculos de su cuerpo se tensaron y el corazón comenzó a bombear a mil por hora. El reflejo del vómito que había experimentado desapareció en un abrir y cerrar de ojos dando pie al asombro.

—¿Qué... ¿qué haces aquí?

Takato miró de frente a Junta quien sin dar una respuesta lo tomó entre sus brazos y comenzó a besar la coronilla de su cabeza. Recargó su rostro sobre el amplio pecho escuchando los latidos de su acompasado corazón sumergiéndolo en un mar de tranquilidad.

Dejándose llevar inhaló el aroma que el cuerpo deseado desprendía. Se sentía protegido y reconfortado, pero el sentimiento no duró tanto como quería, ya que como todo lo bueno, debía terminar.

En cuanto levantó el rostro para verlo cara a cara, a quien sus ojos enfocaron no era para nada la del ojiverde; sino la mortífera de Himura. Asustado, se soltó del agarre y dio dos pasos hacia atrás activando su reflejo del vómito.

—Takato, soy yo. ¿Te sientes bien? - preguntó preocupado tomando su mano.

Takato parpadeo varias veces hasta darse cuenta de que todo había sido producto de su imaginación.

—Lo siento Chunta, yo...

—Vamos afuera para que tomes un poco de aire – sugirió.

Takato asintió, pero en cuanto Junta intentó poner una mano en su cintura para guiarlo, se alejó poniendo distancia de por medio.

Junta notó que lo estaba evadiendo, pero no lo presionaría.

Seguramente no quiere que alguna de las personas que vienen en la excursión lo vean. - Pensó. Por lo que no intentó nada más.

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