TIEMPO DE SANAR

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CAPÍTULO 28

TIEMPO DE SANAR

—Mami, mami despierta... ¡mami! – llamó en voz alta colocando sus pequeñas manos en el rostro del omega que dormía profundamente.

—Mgh... 5 minutos más... - murmuró removiéndose entre las cobijas. Sintiendo como un repentino peso se posicionaba sobre él oprimiendo su pecho.

—¡No mami!, ¡ya son las 7:30! ¡entro a la escuela a las 8:00! – explicó Haru con las mejillas infladas en un mohín.

—¡¿QUÉ?! – grito Takato poniéndose de pie en un salto tirando sin querer a Haru sobre la cama. —¡Es tarde... muy tarde!... ¡llegaremos tarde en tu segunda semana!, no puede ser. Tengo que cambiarte, me tengo que bañar, ¡el desayuno!, ¡tu bento, está en el refrigerador! – gritaba corriendo de un lado a otro buscando en la lavandería la ropa limpia que aún no había acomodado en el armario.

La noche anterior se había quedado despierto hasta altas horas de la madrugada repasando lo que serían sus siguientes movimientos mientras preparaba el bento de la niña. Además, había dedicado parte de su tiempo en planchar el uniforme de Haru, mismo que había colocado en la perilla de la puerta de su cuarto.  Convencer a Haru de volver a la escuela no fue tan difícil como pensó. Después del trauma sufrido en su anterior colegio, las posibilidades de que la nena quisiera volver eran poco probables, pero el increíble y dulce recibimiento de la directora, que era una omega, así como el de su profesor, también omega; animaron a ambos a dar ese paso.

Sin entrar en detalles, Takato le había explicado que se había divorciado, pasado por muchos cambios que le hicieron viajar al extranjero, pero que finalmente volvieron. La directora dijo entender y aunque entrara un mes después, estaban felices de tener una nueva alumna. Aun así, Takato tuvo que firmar una carta compromiso en la que se especificaba que debería ponerse al corriente; sin embargo, después de que el profesor le pusiera una prueba a Haru para evaluar sus conocimientos, la carta fue desechada. Haru era sobresaliente y ambas autoridades se habían desvivido en halagos para con la niña y él por tener una criatura tan lista y educada. Haciendo que en el acto, el pecho de Takato se llenara de orgullo y los ojitos de su nena brillaran.

Tenía tanto en su cabeza que el sueño se le había volado. Desgraciadamente, entre las buenas memorias, también los malos recuerdos de todo lo vivido se arremolinaban peligrosamente. El rostro de Junta, Celestino, Yachio, Sasaki y de todos los trabajadores de la mansión Azumaya lo atormentaban como fantasmas. Y cada que pensaba en ellos su corazón se oprimía dolorosamente.

Ramiro los había recibido en el aeropuerto brindándoles el abrazo acogedor que tanto había necesitado, por lo que en cuanto el moreno susurró "todo estará bien" en su oído, fue suficiente para hacerlo llorar y a su vez llenarlo de seguridad.

Aún tenía presente las palabras que Yachio le había dicho aquel fatídico día en que la verdad había quedado al descubierto.

FLASHBACK

Después de salir de la empresa de Junta, había pedido al chofer que diera varias vueltas antes de volver a la mansión, necesitaba tranquilizarse; respirar, pensar, meditar en su siguiente movimiento.

Después de unos minutos, pidió lo llevara a aquel mirador que tanto le había gustado. Junta se lo había mostrado y habían pasado un rato realmente agradable, pero ahora no quería pensar en eso, solo quería ver el paisaje.

En cuanto bajó del auto caminó hasta la barandilla. Inhaló el aire caliente cerrando los ojos, bañándose bajo los cálidos rayos del sol.

Estaba devastado, pero el sentirse así no era aceptable para él, menos cuando tenía una responsabilidad con su hija. En cuanto la carita feliz de su razón de vivir vino a su mente, le fue inevitable soltar otro sollozo.

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