SABOR MEXICANO

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Lo sé, no tengo perdón... pero he tenido un tapón creativo del tamaño de Júpiter, pero gracias a sus mensajes diciendo cuánto les gusta mi historia y que esperan la actualización, me puse a escribir aunque no tenía idea de qué plasmar... pero se los debía, así que traté de poner mi corazón en ello y aquí estoy, TARDE, pero seguro.

En serio mil gracias a todos los que no han dejado de apoyarme y en especial a @SaijoOli99 que fue la cereza en el pastel para que terminara por animarme y dedicar en serio un tiempo para escribir. De nuevo gracias y espero este cap les guste.



CAPÍTULO 44

SABOR MEXICANO


En la mansión de los Ayagi, Ramiro y Chihiro colocaban sobre la mesa del comedor principal todos los obsequios traídos de su viaje a México.

Mari miraba encantada de derecha a izquierda y de regreso cada una de las piezas artesanales, deteniéndose a contemplar los elaborados y coloridos bordados que se extendían por las telas y demás objetos.

Por su parte, el viejo Ayagi fijó la vista directamente en las botellas de tequila y mezcal, sorprendiéndose al ver un gusano en el fondo de la botella.

—Chihiro, ¿qué es esto? – dijo el hombre levantando la botella de mezcal —¿Está echado a perder? – agregó frunciendo el ceño sintiendo asco por la bebida.

Ramiro, emocionado por explicarlo se apresuró a hablar. Llegó hasta ubicarse al lado del alfa y tomó la botella como si estuviera ofreciendo el producto a algún comensal en una tienda comercial —No suegrito, no está podrido ni nada de eso.

De inmediato una de las espesas cejas del Alfa se elevó casi llegando al nacimiento de su cabello —¿Suegrito? – bufó en voz baja. De pronto, Mari y Chihiro vieron como las cejas del viejo tomaban una nueva forma al fruncir el ceño.

—Esta belleza se llama Mezcal y es una bebida alcohólica popular. El gusanito se puede comer, es un gusano de maguey, la planta de la que se extrae esta bebida... obviamente pasa todo un proceso, pero pa' no hacerle el cuento largo, sirve pa' darle mejor sabor – afirmó orgulloso — No se va a enfermar ni nada de eso, - hizo una pausa y levantó el dedo índice como si se tratara de un maestro dando el tema más importante del semestre —nomás sí le advierto, que es como tragar fuego, está bien pinch... está potente – corrigió.

El viejo Ayagi volvió a bufar y con un movimiento de su mano mandó pedir un vaso para servirse un poco, él podía con eso y más.

Chihiro al verlo advirtió por segunda ocasión —Papá, en verdad es muy fuerte, no creo que puedas tolerarlo.

Error, aquello no debió salir jamás de la boca del Alfa. En un segundo el viejo Ayagi se prendió como volcán, y con la vena saltada en la sien miró a su hijo que sonrió tragando en seco. ¿Cómo se atrevía este mocoso a decirle que no podría con algo?, él es el Oyabun Ayagi, nada era demasiado para él.

Apuntando inquisidoramente con el dedo a Chihiro, dijo: —Llevo tomado alcohol más años que lo que tú tienes de edad, niño, y ni el vodka me ha causado cosquillas.

Mari, que lo conocía bien, solo suspiró resignada negando con la cabeza con la absoluta certeza de que esto no terminaría bien. A veces el instinto Alfa de su marido salía a la superficie con tanta fuerza que terminaba metiéndolo en situaciones problemáticas que no tenían por qué haber sido en primer lugar. Pero en esta ocasión no le diría nada, si este quería que su garganta y esófago ardieran como el infierno, ¿quién era ella para impedírselo? Tal vez así aprendería a comportarse más acorde a su edad y dejar de ser tan temerario.

CAGEDWhere stories live. Discover now