MI NIÑA VALIENTE

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CAPÍTULO 40

MI NIÑA VALIENTE

Ramiro descansaba con su cabeza reposando en el pecho desnudo de Ayagi, mientras que el Alfa mantenía su pierna sobre las del otro fuertemente apresadas. Ambos lucían enormes ojeras color púrpura, las cuales se habían intensificado; pues preocupados por el bienestar del omega y la niña, se habían pasado buscando a Haru, aunque sin éxito alguno.

Débiles y cansados no podían continuar con su tarea, así que en cuanto tuvieron la oportunidad de irse, gracias a Arisu, volaron a su departamento para recuperarse. Tomándose 120 minutos de descanso, seguido de una rápida comida, sexo que les dejó la mente en blanco y un par de horas más de sueño reparador. Eso sería más que suficiente para volver al ruedo vigorizados.

Profundamente sumergidos en el mundo onírico, un insistente sonido les hizo volver a la realidad.

—Atiende esa cosa – la voz ronca de Ayagi se dejó escuchar en el silencio con tono impaciente al tiempo que quitaba bruscamente al moreno de su pecho, envolviéndose cual oruga entre las cobijas.

El romance había salido disparado por la ventana cuando su sueño se vio perturbado, pero... ¿quién podría culparlo?

Ramiro, viéndose ahora en el suelo donde una almohada le salvó de golpearse su adolorido trasero, se puso de pie apoyándose de la cama. Bufando, cepilló su cabello con los dedos para quitar los mechones que caían desordenados sobre su cara.

Con los ojos entrecerrados, caminó hacia el móvil que no dejaba de timbrar; aunque en realidad el ruido más fuerte provenía de un par de gruñidos emitidos por la oruga Ayagi.

Tomó el aparato dejando salir un bostezo al tiempo que contestaba. Pronto, la voz del otro lado terminó por despertarlo.

—¿¡Qué?!, sí... no, estamos bien... lo haré ¿Dónde nos veremos?, ah... ya me llegó la ubicación. No tardaré, Adiós.

La conversación no duró mucho, pero sí lo suficiente para comunicar el mensaje.

Chihiro que tenía un lado tóxico muy bien desarrollado, en cuanto percibió que su hombre respondía el teléfono aguzó el oído.

Tras escuchar sus monosílabos, así como las palabras "dónde nos veremos" y "no tardaré", el Alfa aventó las colchas hacia un lado desdeñosamente y cual gato necesitado de atención, terminó por acercarse al moreno acariciando su espalda mientras que con sus labios besaba y mordisqueaba de su hombro hasta el cuello y de regreso.

—¿Quién era? – preguntó mirándolo a los ojos, dominante. Colocándose a horcajadas sobre el Beta.

Sintiendo el nuevo peso sobre sus piernas, Ramiro esbozó una media sonrisa, lo tomó del pequeño trasero y atrajo más hacia él de tal manera que ambos miembros se frotaron suavemente saludándose.

—Vaya, buenos días a ti también mi amor, amanecí muy bien. Gracias por preguntar, eres tan amable - el tono sarcástico y juguetón de Ramiro no pasó desapercibido para Chihiro, quien volteó la cara cuando el moreno lo atacó con una ráfaga de besitos melosos.

—Tch, ¡calla! si amaneces a mi lado es obvio que es un buen despertar para ti, además – hizo una pausa mirando la hora en el celular — sería "buenas tardes", casi "noches" – corrigió de lo más natural mientras movía sus caderas hacia adelante y hacia atrás suavemente.

Ramiro entrecerró los ojos mostrando un brillo lleno de lujuria —Ah... qué haré con este niño tan mimado – susurró pegando su boca a la oreja del menor mientras que un dedo travieso viajaba hasta trazar con la yema de sus dedos el anillo rosado que permanecía bien cerrado — Eres tan sexy, ¿por qué me torturas así?, ¿no te fue suficiente follarme como loco?

CAGEDOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz