SACRIFICIO

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CAPÍTULO 35

SACRIFICIO

—¿Te gusta? – preguntó Takato mientras acomodaba la ropa en el closet de la habitación. Intentaba parecer lo más casual posible, aunque el temblor en sus manos y las feromonas inquietas que dejaba salir en ratos no eran de mucha ayuda.

—Sí mami. – Respondió llevando los cepillos de dientes al baño, acomodando el morado, que era de ella, junto al azul de Takato.

Haru había tenido un comportamiento excepcional desde que habló con Takato y sacó lo que su pecho guardaba con recelo, recuperando por completo su forma de ser, casi casi como si la persona de hace dos semanas jamás hubiera existido.

Su capacidad de resiliencia estaba por encima de todo lo que el Omega conocía y agradeció internamente por ello. Su bebé, una y otra vez le mostraba esa enorme fortaleza y adaptación a cualquier cosa que se le presentara.

Así que, queriendo proteger a quien más amaba, en el momento en que Haru confirmó sus temores, este no lo pensó dos veces y comenzó a hacer las maletas. Quería seguir hablando con la niña, aclararle las cosas con respecto a todo. Así como advertirle sobre la maldita víbora llamada Fumio Hashiba y reafirmarle que, aunque fuera duro para ella, por nada del mundo podía ver a su padre porque aparte del impacto visual que tendría por como los Clanes lo dejaron, al hacer contacto con él estaría abriéndole la puerta a sus vidas, una en la que había planeado que no estaría. Más aún, nadie le quitaba de la cabeza que quien realmente estaba detrás de ellos, era ese animal que ni a falta de manos y piernas dejaba de intentar hacerlos miserables. Él no merecía el cariño de su hija, ni que ella le dedicara uno solo de sus pensamientos.

Lamentablemente no contaba con el tiempo suficiente para tener esa necesaria conversación. Tenía que salir junto con ella de su departamento lo más rápido posible y mantenerse lo más alejados que podían de los puntos que frecuentaban, pues seguramente eran también de dominio para el ex Saiko Komon.

No llamó a nadie, ni a Ramiro, Chihiro, Junta, su Jefe o la escuela. Takato estaba convencido de que el Yakuza no actuaba solo, y en el hipotético caso de que los mantuvieran vigilados, si hacía contacto con sus allegados pondría en alerta a Hashiba. Y lo que más quería era evitar levantar sospechas de que conocía sus intenciones.

¿Era arriesgado salir así?, sí, lo sabía, pero lo era aún más si permanecía en su casa. Se consoló a sí mismo con la idea de que una vez ubicado y seguro, le llamaría a Ramiro para contarle sobre lo que había pasado con Haru, sus razones por las que despreció a Chihiro, así como ayudarlo a pensar en un plan que pusiera fin a los fantasmas del pasado que no dejaban de aparecerse.

Takato, para cubrir su movimientos, llamó a un taxi para que se hiciera cargo de las maletas y las llevara hasta un hotel ubicado en Yokohama. Mientras entregaba sus pertenencias a la mujer que conducía, no pudo evitar esbozar un gesto de desagrado cuando pasó la tarjeta para pagar. Ahí estaba otro recordatorio de que la sombra de Himura seguía sobre él y parecía irónico usar su dinero como medio para escapar de él y sus seguidores.

Posterior a ello, le dijo a la niña que tomarían un pequeño viaje para festejar su cumpleaños y que no se preocupara por la escuela, pero que podía cargar su mochila para no atrasarse. Lo que a Haru le pareció encantador. Después de tantas subidas y bajadas de emociones, la celebración de su cumpleaños número 6 parecía ser un oasis en medio del desierto.

Tomando a la niña en brazos y mirando hacia todos lados para ver que nadie los siguiera e intentando no parecer sospechoso, emprendió la huida.

Mientras el taxi avanzaba, le fue imposible no mirar hacia atrás. No hacía mucho había encontrado el lugar ideal para él y Haru, donde el sol entraba por cada rendija iluminando y llenando de calor su hogar, en la escuela habían tratado con nada más que cariño y respeto a su hija y él en su trabajo descubrió que cocinar podía ser más agradable y divertido de lo que pensaba. Lo iba a extrañar, extrañaría esa cafetería y a ese jefe que lo aceptó aún siendo un omega. Pero ahora, todo parecía desvanecerse y solo porque una persona decidió interponerse en su camino, ¿para qué?, solo los dioses lo sabían.

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