44.

441 50 6
                                    

Sus ojos se cerraban, hace tiempo que no dormía, no podía, no quería. Y es que es muy difícil hacerlo cuando uno de tus mayores miedos, si no es que el mayor miedo de todos, está siempre cerca de ti.

Draco tenía unas ojeras enormes debajo de sus ojos. La mayor parte de sus vacaciones no contestó cartas de sus amigos, no salía de su habitación a menos que fuera necesario, y a veces los elfos le traían la comida bajo la excusa de su madre que estaba haciendo proyectos fuera de la escuela.

Pero cuando bajaba a la sala principal y estaba Voldemort en ella, se quedaba callado a menos que le hablara directamente, y respondía vagamente.

Los elfos también estaban muertos de miedo, pero o le eran fieles a los Malfoy, o no tenían otra opción que aguantarse. Siempre que los veía estaban temblando, incluso su madre le dijo que no se preocupará tanto, que es temporal. Pero ha pasado todas las vacaciones en la mansión que teme regresar en navidad y que siga ahí.

Un golpe lo sacó de sus pensamientos, era Hedwig en el marco de su ventana que toco el vidrio con su pico.

Rápidamente abrió la ventana y la lechuza entró hasta pararse en su cama dejando la carta en la almohada.

—No puede ser, le dije que no mandara más, ¿por qué lo hace? —le preguntó al animal.

Hedwig volteó su cabeza hacia la carta.

Draco hizo una mueca y la abrio para leerla.

Querido Draco:

Ya sé que me dijiste que no mandará cartas, conociendote no me dirás el por qué, pero quiero creer que es por una buena razón.

No he hablado con nadie. Y eres el único que me comprende.

Lo que te diré probablemente sea alarmante, pero tranquilo, Dumbledore lo arreglará.

Hubo dos dementores el Little Whining, atacaron a Dudley, tuve que utilizar el encantamiento patronus, por lo que el ministerio fue notificado y me expulsaron de Hogwarts. Aunque ahora tendré un juicio, o eso entendí. Dumbledore ayudará.

Por alguna extraña razón, cuando mi tío Vernon iba a echarme a la calle, llegó un vociferador a mi tía y ella mo convenció de que me quedara. Por un momento pensé que no me odiaba y me veía como el hijo de su hermana.

Tal vez fue por todo lo sucedido esa noche.

En fin, Hedwig no se irá a menos que reciba respuesta. La entrené bien.

Te quiero.

Harry.

¿Expulsado? ¿Dementores?

Eso fue mucha información en tan sólo una carta.

—¿Por qué a ti? —preguntó Draco a la carta como si fuera a responderle con ma voz de Harry.

Miro a Hedwig y seguía parada en su cama, y supo que Harry no mentía cuando le dijo que no se iria a menos que tenga una respuesta.

Sacó un pedazo de pergamino de una caja de su escritorio y empezó a escribir.

Cara rajada:

La desgracia te persigue, lo siento.

Más le vale al anciano salvarte de esa, no creo sobrevivir un año sin tu compañia.

Eso sonó muy cursi, perdón.

Cuídate. No contestes esta carta y por favor, te lo ruego, no salgas de esa casa a menos que sea extremadamente necesario. Hablo en serio.

Catching FeelingsWhere stories live. Discover now