2.

2.4K 192 67
                                    

-¿Cuál es tu equipo de quidditch? -preguntó Ron.

-Eh... no conozco ninguno -confesó Harry.

-¿Cómo? -Ron pareció atónito-. Oh, ya verás, es el mejor juego del mundo... -Y se dedicó a explicarle todo sobre las cuatro pelotas y las posiciones de los siete jugadores, describiendo famosas jugadas que había visto con sus hermanos y la escoba que le gustaría comprar si tuviera el dinero.

Sin duda alguna, Ron Weasley parecía ser el segundo amigo que hizo en el mundo mágico, cuando llegó a King Cross y no sabía donde se encontraba la plataforma 9 3/4, fue una pesadilla, pensaba que no iba a ir a Hogwarts y se iba a quedar otro año con su tío Vernon; afortunadamente, la mamá de Ron lo ayudó a pasar a la plataforma, ahí conoció a Ron y a sus cuatro hermanos, dos gemelos, uno mayor y una niña, todos pelirrojos.

Harry le había contado todo a Ron sobre su vida al estilo muggle, como lo llama el pelirrojo, y Ron le estaba explicando cosas del mundo mágico, compraron dulces, en la caja de una rana de chocolate que saltaba se encontró la tarjeta del director de la escuela, ¡y se movía! era algo simplemente increíble. Le estaba explicando los mejores puntos del juego, cuando otra vez se abrió la puerta del compartimiento, pero esta vez no era Neville, el chico sin sapo, ni Hermione Granger.

Entraron tres muchachos, y Harry reconoció de inmediato al del medio: era Draco, quien miraba a Harry con mucho asombro y una gran sonrisa.

-¿Es verdad? -preguntó-. Por todo el tren están diciendo que Harry Potter está en este compartimento. Así que eres tú, ¿no?

-Sí -respondió Harry. Observó a los otros muchachos. Ambos eran corpulentos y parecían muy vulgares. Situados a ambos lados del chico pálido, parecían guardaespaldas.

-Oh, éste es Crabbe y éste es Goyle -dijo el muchacho pálido con despreocupación, al darse cuenta de que Harry los miraba-, creo que yo ya me había presentado en la tienda de túnicas, ¿verdad?

Harry asintió.

-Draco Malfoy, ¿verdad?

Ron dejó soltar una pequeña tos, que obviamente tenía oculta una risa. Draco dejó de sonreír y de mirar a Harry para ver a Ron.

-¿Crees que mi nombre es gracioso?-preguntó-. Yo no necesito preguntar por el tuyo; pelirrojo, esa ropa claramente usada, sin duda eres un Weasley.

Y regresó su vista hacia Harry.

-¿Te veré en la ceremonia de sorteo?-preguntó con interés.

Harry volteó a ver a su amigo pelirrojo y luego al rubio.

-Sí.

Draco sonrió y le extendió su mano para estrecharla con Harry, Harry al verlo esperar por un momento, alzó su mano y la estrechó con la de el rubio.

-Muy bien, fue un honor... Harry, ¿te puedo llamar Harry? ¿o prefieres que te llame Potter?-preguntó Draco.

Harry abrió la boca pero no lograba decir nada, detrás de Draco, los chicos que parecían sus guardaespaldas se empezaron a reír, pero Draco los silencio con solo una mirada.

-Como quieras llamarme esta bien-dijo finalmente Harry evitando la mirada de los dos chicos.

-Bien, fue un gusto, Harry-dijo Draco sonriéndole y volteando hacia Ron-, no fue un gusto, Weasley.

-¡Tienen una rana de chocolate!-gritó de emoción un chico, ¿Goyle?

-Cállate, Goyle, son de ellos.

-Si, no queremos sus gérmenes -dijo esta vez Ron hacia ellos.

Draco al escucharlo lo miro con furia y se acercó hacia él lentamente, Crabbe y Goyle miraban con miedo la escena y Harry no tenía idea de si se iban a pelear a golpes, no iba pasar nada o iba a sacar su varita, pero, ¿no se supone que no deben de utilizar sus varitas por el momento?

Catching FeelingsWhere stories live. Discover now