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Un día antes de Navidad ya habían hecho planes todos los presentes en la casa de Sirius. Habían dado aviso que el padre de la familia Weasley ya puede salir de San Mungo. Fue una noticia que alegro a todos, menos a Kreacher quien seguía quejándose, pero incluso su rastro de amargura se ignoraba con la felicidad que todos cargaban.

Molly, sus hijos junto con Harry y Hermione iban a ir por Arthur, mientras que los demás iban a preparar la bienvenida en el lugar o a hacer otra cosa. Draco decidió vestirse y dar un paseo en las calles muggles sin que se den cuenta. Fue sencillo, todos estaban en la cocina o en la sala ocupados que no se precataron de este saliendo del lugar.

Salir por las calles era algo agradable. Se imaginaba que así se sentía la gente cuando se mudaba a un nuevo hogar y las calles son similares pero diferentes al mismo tiempo, la gente es nueva, casi todo es nuevo, se sentía bien al observar todo. El aire estaba frío y el sol se ocultaba entre las nubes, para él era un día normal, pero el hecho de estar en calles muggles era lo que lo hacía extraordinario. Sus pensamientos iban y venían de manera rápida y fluida que su mente se tranquilizó bastante, algo que no pasaba desde hace tiempo. Veía a personas solas o en pareja o en grupos con sus amigos o familia, animales, todo fluyendo tan normal, que no se le hizo raro que no haya gente sin varitas haciendo magia.

Su paseo no fue tan largo, sabía que si tomaba un camino equivocado se perdería por lo que regresó al pasar la hora de su paseo en circulos.

Llegando veía que todos seguían apresurados en hacer que su regreso sea de lo más agradable posible. Decidió ir a la cocina a ver en que podía ayudar; se encontró a Tonks hecha un desastre pero la comida se veía bien; se ofreció para ayudarle y la chica aceptó. Fue divertido para el rubio, su prima era muy didáctica en la cocina, y si en otras ocasiones a Draco le molesta que no sigan las reglas, el que Tonks no siga la receta e improvise se le hacía divertido. Después de un tiempo Tonks decidió descansar diciendo que no comerían postre, pero Draco tenía idea de un pay de queso después, y no dejaría que se lo quitaran, por lo que decidió buscar entre la libreta que había una receta y al encontrarla pudo hacerla. Esperaba que no quedara mal, sino, culparía a alguien más.

Cuando dejó el pay en el horno y ver su reflejo desaliñado, decidió darse un rápido baño en lo que el pay estaba listo. No pasó más de diez minutos cuando al bajar para revisar el pay se encontró con Snape en el pasillo de abajo viendo como todos ayudaban con sus brazos cruzados. Sabe que su padrino no es muy altruista cuando se trata en una reunión, no sabe si ayudo al baile de Yule el año anterior. Una vez que se acercaba a él, Snape se veía sorprendido mediante su semblante serio.

—Draco—dijo Snape—, creí que te quedabas con Nott.

—Si... no creo que sea buena idea estar en mi casa ahora—dijo—, mi mamá sabe, ella me trajo.

Snape no le reclamó, ni le dijo nada, solo movio la cabeza y se fue a la sala de estar.

El momento en el que los Weasley, Hermione y Harry llegaron, Snape se había ido, todos los que estaban los recibieron con un gran saludo. Arthur sonrió a pesar de sus pocas fuerzas y saludo a cada uno de ellos, el último fue Draco quien estaba un poco alejado de ellos. Una vez que los dos se vieron Draco le sonrió, Molly le apretó el brazo a su esposo.

—Es Draco Malfoy, el novio de Harry.

—Un gusto conocerlo señor—dijo y luego vio su yeso en su brazo y su pierna vendada—. Lamento mucho lo que le pasó.

—No es como si tu lo hubieras hecho—dijo el señor—. El gusto es mío Draco.

—Debe de descansar para estar listo en la cena.

—De hecho ya esta lista—dijo Tonks—, pero puede esperar.

—El descanso puede esperar—dijo el señor Weasley—, quiero comer algo que no venga de San Mungo.

Catching FeelingsWhere stories live. Discover now