30.

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Apenas se despertaba y ya todo era un desastre, la noche anterior que su nombre en el cáliz de fuego saliera fue terrible, la gente murmurando y sin duda pensando que él lo había puesto, luego Ron que sin duda estaba siendo un completo idiota al creer que él puso su nombre.

No quería salir de sus cama, pero su estómago moría de hambre, por lo que tuvo que salir de su dormitorio, donde había mucha gente en la Sala Común donde lo recibió con aplausos y felicitaciones, Harry trató de evitarlos, especialmente a los hermanos Creevey. Cuando salió de la Sala Comun, por la pintura de la Señora Gorda, se encontró con Hermione y Draco a punto de entrar, con un pan con mermelada y una taza para él, junto con otros pedazos de pan, de seguro para ellos, y también tenían su mochila que de seguro era para las clases que empezaban.

—Te trajimos esto—dijo Hermione.

Harry cerró la pintura y empezó a caminar.

—Vamos—dijo él mientras los otros lo seguían.

Cuando llegaron a la orilla del lago, Harry se sentó, harto de que en el camino los de otras casas lo miraran de mala manera, sobre todo los Hufflepuff cuando les quitó el protagonismo que les duro poco tiempo, incluso Cedric pensaba que él quería protagonismo.

Draco y Hermione se sentaron al lado de él por cada costado, y empezaron a comer.

—¿Dónde esta Ron? —preguntó.

Hermione lo miro e hizo una mueca.

—Estaba en el Gran Comedor cuando nos fuimos—dijo ella.

—Se veía bastante molesto, la verdad—dijo Draco, pero sin su tono de preocupación como el de ña castaña.

Harry soltó un bufido y le dio otra mordida. Hermione dejó caer sus hombros y Draco terminó su pan.

Después de que Harry se fuera del Gran Comedor la noche anterior, quería verlo para saber que era lo que pasaba, pero Dumbledore, se apresuró a mandar a todos a sus Salas Comunes, excepto a las otras escuelas, los mandaron a la carroza y al barco. Toda la noche se quedó pensando en lo que le pasaría a Harry. Cuando salió el nombre de Diggory se sorprendió, pero se sorprendió más cuando salió el de Harry, al igual que se sentía algo preocupado. En la mañana cuando llegó al Gran Comedor, y vio a Weasley sin Harry y a Hermione peleando con él, supo que algo había pasado.

—¿Ustedes creen que puse mi nombre? —preguntó Harry.

Hermione y Draco lo miraron.

—Claro que no, Harry—dijo ella.

—Eres algo idiota pero no tanto—le dijo Draco sonriéndole.

Harry se volteó y le sonrió, y podrían pensar que solo le sucedio a uno, pero Draco tuvo un leve apretón en su pecho de buena manera, como usualmente tenía frente a Harry, y el pelinegro igual sólo que no sabía a qué se debía y le restó importancia.

—Serías muy idiota si pondrías tu nombre—dijo Hermione.

Harry les sonrió a los dos y asintió.

—Al menos ustedes me creen, no como Ron.

—Oh, Harry. Él solo esta molesto porque piensa que lo pusiste sin él—dijo Hermione—. Y también porque tienes todo el protagonismo ahora.

—Que se quede con la fama entonces. ¿Creen que yo quería esto?

—Sabemos que no—se apresuró a decir la chica—.  Pero debes de entenderlo, no es fácil que todos te miren y no a él, en cierto momento iba a pasar algo así.

Catching FeelingsWhere stories live. Discover now