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—Es una lástima que se cayera—dijo Hermione refiriéndose a la profecía.

Un par de días habían pasado desde lo sucedido en el Ministerio, Draco se quedó en la enfermeria dormido por un día entero, sintió que fue demasiado hasta que vio que Neville y Ron seguían inconscientes. Lo dejaron salir al segundo día, la señora Pomfrey le recomendó visitar a un psicólogo; lo sabe, después del cruciatus no es tan fácil seguir adelante, y ahora lo sabe más. Sufrió de la maldición y si bien, a veces llega a sentir de vez en cuando un pinchazo de un cuchillo en su cuerpo, eso es lo de menos; su propio padre permitió que lo torturaran enfrente de él, sin mover un dedo para protegerlo, prefiere obedecer a un mago tenebroso sobre todo que a su hijo; no es que tenga la mejor relación con su padre, nunca han conviviso mucho, cuando lo hacen casi no le pone atención a Draco, pero, es su padre, si de alguien debería de creer que lo protegería sobre todos los demás es él, ¿no?

Al regresar a casa sabe que todo va a cambiar, podría no regresar, irse a vivir con Nott, con Blaise o Pansy. Por Salazar, incluso aceptaría vivir con la cálida casa de los Weasley, pero no dejaría a su madre, después de que metieran a Lucius a Azkaban, no sabe que tipo de tortura le hayan hecho a su madre, no le teme ir y que lo torturen de nuevo, le preocupa su madre, no la dejaría. Tuvo que pensar sin dormir por dos días para planear algo, luego recordó a cierto ex profesor que le dio la confianza para hablar con él, todavía no sabe si hacerlo, que riesgos conlleva, es saltar al vacio, solo un Gryffindor lo haría.

El aire de la enfermería estaba mejor, ya no era tan pesado, con el pasar de los días, todos iban reincorporándose, excepto Umbridge, ella seguía en trance, no saben qué paso, ni quieren saber, solo de vez en cuando se levanta histérica, una vez fue porque Theo le lanzó una uva que cayó directo en su boca.

—¿A dónde vas? —preguntó Ron.

Draco salió de sus pensamientos y volteó a ver a Harry, quien lo tenía agarrado de la mano jalándole esta para que fuera con él. Inmediatamente se levantó.

—A... ver a Hagrid—dijo Harry—. Acaba de llegar y le prometí que iría a verlo y a decirle como estamos.

—Ah... bueno. Ojalá pudieramos ir también—dijo Ron con amargura.

—¡Dale recuerdos de nuestra parte! —dijo animada Hermione quien estaba con Theo en la cama resolviendo un crucigrama, el rubio estaba haciendo trampa.

Los dos salieron de la enfermería y caminaron por los pasillos vacios. Se trataba de un domingo así que no hubo mucha gente, menos ahora que en la semana terminaron los exámenes y todos estaban descansando felices. Siguieron caminando sin rumbo y sin decir nada, solo con las manos agarradas. No han hablado demasiado desde el Ministerio, el día que Draco despertó Harry se mantuvo atento a él, y Draco a él, pero un día que Dumbledore llamó a Harry, este no ha dicho demasiado, solo lo trivial, de por si, su ánimo no era para iluminar un cuarto, Sirius había muerto, y con el, una esperanza dentro de Harry.

Salieron del castillo y Harry lo guio hacia el lago, soltó su mano y se sentó en el pasto mirando hacia el lago, Draco se preguntó el porque llegaron hasta ahí, pero prefirió no preguntarle, solo se sentó al lado de Harry y miraron el lago.

—Pudimos evitarlo—dijo Harry después de unos minutos de silencio—. El ir hasta el Ministerio, tu padre... Sirius.

No había dicho su nombre desde esa noche que gritaba este esperando a que el nombrado saliera del arco. Esto le causo una sensación fría en la espalda de Draco, tampoco había hablado de él. De tantos familiares que tiene, Sirius era de los pocos que lo entendían un poco.

—No creo que hubieramos podido evitarlo, Harry—habló—. Y si fuera así, no podemos revertir tanto el tiempo.

—Si, pero hubieramos podido evitarlo. Kreacher... —mencionó cansado agachando su cabeza—, él mintió. Cuando llame a la casa de Sirius, Kreacher contestó y dijo que no estaba, mintió para que cayéramos directo a la trampa.

Catching FeelingsWhere stories live. Discover now