Donde Jeongin tiene un extraño transtorno en el que no puede entender las emociones, y Seungmin intenta saber lo que le ocurre para ayudarlo.
🖤 Historia completamente mía.
🖤 Contenido homosexual.
🖤 Aparición de otros ships.
🖤 Aparición de otros...
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Contrario a lo que pensé de Juyeon, en realidad me regaló un par de bebidas para quitar el sueño, le agradecí el detalle y regresé a mi habitación a continuar con mis deberes.
En ningún momento hicieron un alboroto o los escuché romper algo, algunas veces escuché sus risas pero nada más, algo que me sorprendió a decir verdad. De alguna manera, su presencia me causó tranquilidad, de saber que no estoy solo en casa y aunque no pude estar con ellos como me hubiera gustado, el saber que están en mi sala, esperando tal vez por mí, era suficiente y toda preocupación o soledad que en ocasiones siento, no está ahí.
Dieron las 7 de la noche y al fin terminé uno de mis proyectos finales, de la materia que más se me complica a decir verdad. Tenía algo de tiempo, así que aprovechando mi momento de productividad, cambié de memoria las fotografías de sesiones pasadas del estudio, pues un día confundí las USB de la escuela y del trabajo, causando que estén revueltos los archivos.
Ojalá que no me lleve más del tiempo necesario, o los chicos son capaces de querer quedarse en mi casa, y ese no es el problema, pero no quisiera dejarlos solos más tiempo.
-¿Te falta mucho? Deberías descansar un momento.
Una voz se escucha detrás mío, se trata de Kevin que tiene mi audífono derecho en su mano.
-Perdón, terminé hace un rato pero me entretuve en otra cosa.- me quito los audífonos y los dejo sobre la mesa. Me estiro sobre la silla y me retiro también los lentes para descansar la vista.-El otro día confundí la memoria con la de la escuela y...¿Por qué me miras así?- digo riendo, estaba sentado sobre la cama, con los brazos cruzados, pero su rostro serio, como si estuviera enojado.
-Te he dicho que no hagas cosas del trabajo fuera del horario.- se pone de pie y cierra la laptop que está atrás de mí.- No me puedo enojar contigo, para qué me engaño. La verdad es que me g-
-Creo que ya es hora de que descanse, ¿Verdad? Vamos con los chicos.
Mierda. No esperaba que fuera a decir eso, lo primero en que pensé fue en escapar y eso intenté.
Me niego a creer que ese es el caso.
-¡Espera! Te quiero decir algo, es sobre lo que dijeron hace un rato los chicos.
La curiosidad me gana y me regreso a la silla.
-¿Qué es?
-Supongo que sabes lo que tu mamá y ellos piensan de nosotros, ¿Verdad?
Asiento con la cabeza, incapaz de mentirle.
-Quería decir, que no les hagas caso, o sea, sí me gustas, pero lo que menos quiero es que te sientas incómodo a mi alrededor. Hablé con ellos y no te preocupes que dejarán de decirte esas cosas a ti.
Hubo un silencio.
¿Le gusto de verdad?
-Eso es todo, sigue siendo un buen chico, y no te preocupes tampoco por cómo tratarme, seguiremos siendo los mismos, ¿Está bien? Lo que menos quiero es que te sientas abrumado, o bueno, eso intento.
