Alexitimia; SeungIn

22

Hoy era el día, regresaría a casa junto a su madre y Minho ya que las sesiones terminaron. Se despidió de Cha agradeciéndole por su increíble trabajo, en serio que le ayudó mucho en cuanto aclarar sus sentimientos que no muy bien comprendía. Prometió regresar de vez en cuando para saludarlo, además de buen psiquiatra, era buen amigo. Le tomó aprecio en tan sólo unas semanas.

Antes de salir, de igual forma se despidió de sus abuelos y uno de los pequeños felinos que por cierto, se llevaría con él, tiene de nombre Pelusa, como regalo por parte de su abuelo, porque es muy lindo y tranquilo como él.

Miró el reloj en su muñeca, suspiró aliviado de que llegaría a la escuela con tan sólo una hora de retraso si todo va bien; agradeció a su madre quien pidió permiso al director en permitirle entrar aún así.

Como iba sentado en el autobús y el camino sería un poco largo, cerró los ojos tratando de descansar e ignorar el hecho de que en tan sólo unas horas, todos verían su cambio. Sobretodo Seungmin, estaba con el pensamiento de que tal vez ya no lo vea de la misma manera por no tener sus brackets; una vez éste le dijo que los aparatos eran lindos y le gustaban. Pero él no pensaba lo mismo.

Se golpeó levemente por los ridículos que eran sus pensamientos, ¿desde cuándo se preocupaba por cosas así? ¿En serio le importa la opinión de los demás? No, pero la de Seungmin sí. Rayos, su mente es un desastre en estos momentos.

— Demonios, ¿Qué me has hecho?— abrazó la casita en donde llevaba a Pelusa, ignorando sus sentimientos por unos momentos.

Vaya que no se acostumbra a sentirse así de pronto. Si seguía así, le daría un ataque de ansiedad, seguro.

🌫️🌫️🌫️

Una vez fuera de su casa, volvió a mirar el reloj en su muñeca, faltan poco más de diez minutos para que las clases comiencen y afortunadamente llegaría más temprano de lo esperado. Mejor aún.

Tocó la puerta y segundos después fue recibido por Minho que se echó literalmente sobre él, casi tirando la casita donde llevaba a Pelusa.

— ¡Hyung, casi matas a mi hijo!—exclamó preocupado, empujándolo y tomando en su lugar al felino en sus brazos.

— Te vas un mes y regresas hasta con hijo, esperaba todo de ti menos eso, Innie.— se acercó de nuevo y lo abrazó— ¡Te han sacado los brackets! Mi niño crece tan rápido.— fingió limpiarse lágrimas haciendo reír al menor.

— Sí, sí, crezco rápido. Ahora debo apurarme para ir a la escuela, permiso.

— ¡Y tienes mejor cuerpo que yo! Te envidio, enano. Apúrate, te llevaré en mi nuevo auto.— subió y bajó las cejas señalando el vehículo color negro.

—¿Cómo lo conseguiste? Pensé que no tenías dinero.

—Una pequeña mentira de vez en cuando no hace daño, cabeza de melón.

🌫️🌫️🌫️

Ingresó sin problemas a la escuela gracias al permiso que tenía anteriormente, no sin antes despedirse de Minho. Verificó la hora y se sorprendió por lo temprano que llegó; apuró el paso cuando una de las coordinadoras lo llamó haciéndolo detenerse.

Para su mala suerte, no se salvó de las tareas extra por ausentarse, así que fue llevado a Tutorías para realizarlas todas antes de regresar a las clases normales. Y no eran pocas, todo lo contrario, eran muchas.

— Asegúrate de terminar antes del receso o dudo que tus profesores acepten trabajos tan fuera de tiempo.— le advirtió la coordinadora.

— Eres de los mejores de tu clase, estoy segura de que terminas.— sonrió amable y salió de la oficina dejándolo solo.

Suspiró. Esto le llevaría varias horas.

Una vez que terminó todos los deberes, salió de la oficina justo a la hora en que la campana que anuncia el receso sonara, no sin antes, le revisaran sus escritos y fueran entregados a sus profesores. Suspiró aliviado y orgulloso de haber terminado a tiempo.

Se dirigió a la cafetería en busca de alimento o de sus amigos, lo que encontrara primero.

Iba distraído mirando al suelo cuando sin querer, tropezó con alguien, provocando que cayera al suelo sobre él.

Sonrió ampliamente al notar quien era, se trataba del lindo ex pelirrojo que ahora era castaño.

— ¡Hyung!— le ayudó a levantarse y lo abrazó temeroso, nunca lo había hecho con ninguna otra persona y era nuevo para él reaccionar de tal forma; se sentía extrañamente bien de tener entre sus brazos a Seungmin y esperaba que él sintiera lo mismo.

— Te extrañé mucho, en verdad que sí.

— Lo siento, busco a mi novio y llevo prisa.— respondió serio rompiendo el abrazo y con eso, también el coranzoncito del menor, quien al instante se alejó, atónito ante la indiferencia con la que le habló.

— ¿Novio? —cuestionó temeroso, creía que se trataba de una mal broma.— ¿En serio tú tienes novio?

— Sí, Hyunjin debe estar esperando, nos vemos.— respondió sin mirarlo.

Estaba a punto de irse pero lo detuvo.

— Eso no importa, sólo quería saludarte, Seungmin.

— No, así dejémoslo. No me gustas más, adiós Jeongin.

El menor se quedó de pie en el mismo lugar preguntándose qué es lo que sucede con Kim, nunca lo había tratado de esa forma.

Tristemente no se sorprendió de la noticia, sabía que nadie estaría con él por cómo es, sería un milagro que alguien lo quiera y si eso llega a suceder está seguro que será por su apariencia y nada más.

Y de hecho, no lo culpa, tenía claro que algo así sucedería tarde o temprano, especialmente por el tipo de persona que es el castaño, está claro que merece alguien mejor que realmente lo aprecie tal cual es, alguien con quien se entienda y le demuestre todo el cariño que se merece.

Jeongin no es capaz de tal cosa. Y no es que sea pesimista, son hechos, el jamás podrá ser esa persona para Seungmin.

Re triste que es todo:(

Yaz.

Resubido 10/07/20