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Jeongin termina los deberes, de tanto la escuela, como los de su hogar con ayuda de Minho que llegó rápido del trabajo —siendo mesero en un cat café—, repartieron tareas y al fin la casa luce impecable para cuando la señora Yang esté e casa, no se...

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Jeongin termina los deberes, de tanto la escuela, como los de su hogar con ayuda de Minho que llegó rápido del trabajo —siendo mesero en un cat café—, repartieron tareas y al fin la casa luce impecable para cuando la señora Yang esté e casa, no se moleste en recoger el desastre —que en realidad no era mucho, tan sólo unas cuentas cosas fuera de lugar—.

La mayor trabaja gran parte del tiempo por lo que pocas veces la ven en casa, y cuando está, se dedica a descansar lo cual comprenden completamente. Y están preocupados por su salud.

Con las tareas terminadas, cada uno de los hermanos se dispuso a perder el tiempo en algo, es día viernes y no hay nada que hacer. Por un lado, Minho, busca la manera de entretener al menor según consejos de internet; y por el otro lado, el menor, leía otro de sus libros de psicología, que más que aplicar lo que dice, es como una grabadora porque la información se queda en su mente y hasta ahí, no me sirve de otra manera, realizando anotaciones en el nuevo cuaderno que le regaló su amigo Chenle, sí, decidió llamarle amigo.

Decidió hacer algo por sí mismo, esta vez, su meta de poder identificar lo que siente, nuevamente la retomó. Si su madre supiera de tal decisión, lloraría seguramente.

Un tiempo dejó de intentar por simple desinterés y poca motivación, pero las personas a su alrededor influyeron en esclarecer nuevamente sus ideas para darse otra oportunidad a intentarlo.

En especial su madre es quien le motiva.

Jeongin admira lo expresiva que es su madre en cualquier situación, su meta era ser como ella, emocionalmente.

No le diría nada por el momento, guardaría sus pensamientos por un tiempo más.

Concentrado en el libro, ni se inmutó de que alguien llamó en la puerta, y que el mayor se levantó a ver quién es, hasta que, un feliz y sonrojado Jisung entró a la sala para saludarlo.

— Oh, Jeongin, estás aquí, ¿leyendo? ¿Por qué no sales a divertirte?

El mencionado agacha la cabeza, escondiendo el libro para que ni él ni Minho logren leer la portada.

¿Divertirse? Pocas veces lo hace.

— Le gusta la tranquilidad, por eso se queda en casa conmigo.— responde por el menor al notar su actitud.—Innie, ¿no te molesta que salga por un rato? Iré con Jisung a los bolos, ¿o quieres ir?— el azabache niega repetidas veces, prefería quedarse a leer por doceava vez el libro en sus manos.

— Bien, regresaré en un par de horas, llámame si pasa algo. Y no olvides practicar lo que hablamos.—dijo antes de cerrar la puerta tras de él.

Jeongin negó para sí mismo, no haría lo que dijo el mayor hace unas horas, eso de practicar su sonrisa frente al espejo, suena patético, y suena más patético decirlo en voz alta.

— Practicar mi sonrisa, suena tonto.

Volvió a la lectura repasando por doceava vez cada concepto y significado con la pequeña explicación y ejemplos mientras se pregunta si alguna vez lo había sentido anteriormente.

Alexitimia; SeungInWhere stories live. Discover now