Donde Jeongin tiene un extraño transtorno en el que no puede entender las emociones, y Seungmin intenta saber lo que le ocurre para ayudarlo.
🖤 Historia completamente mía.
🖤 Contenido homosexual.
🖤 Aparición de otros ships.
🖤 Aparición de otros...
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Segundo día de escuela para Jeongin y no quería asistir, un repentino fuerte frío atravesó la ciudad provocando que el sueño se apodere de él. Normalmente detesta el llegar tarde y estar de flojo, pero particularmente en esa mañana no es así.
Quería quedarse en su cómoda cama durmiendo, pero Minho interrumpió su calma y retiró las mantas que lo cubrían. Un escalofrío recorrió su espalda, estaba muy helado el ambiente. Buscó algo para taparse nuevamente pero el mayor fue más rápido y le quitó la manta que estaba a su lado, esta vez para hablar.
— Mamá compró un nuevo suéter y tiene ilusión de que lo uses, por favor levántate, Innie.— el mayor hizo pucheros y rendido el menor, se levantó de la cama perezoso.
—Bien.
Cada regalo que le hacía su madre, lo agradecía; no tenía otra opción, ver llorar a su madre por su hijo insensible que no acepta sus regalos, no era una de sus imágenes favoritas.
Su madre sin duda es su única debilidad.
🌫️🌫️
—Te ves tan adorable, pareces más a un bebé que de costumbre.— dice su madre emocionada apretando las mejillas del menor.—¿Ya no tienes frío, bebé?
—Ya no, madre. Gracias por el regalo.— responde aunque en realidad no perciba el clima.
Y tal vez ni miente, aquel suéter rojo afelpado de cuadros de colores tiene apariencia de ser cálido.
—Por favor, si puedes, trata de hablar más con las personas, no importa lo mínimo que digas, con que uses tu voz para comunicarte es bueno, cariño.— le sonríe.— Tu voz es muy linda.
El azabache no entiende por qué es tan necesario usar su voz para comunicarse, con lo poco que hace, la gente comprende lo que dice; prefiere estar callado y ser quien escucha. Siempre ha sido así.
Mantiene en cuenta las palabras de su madre, si ella lo dice, es para su bien.
Agradeció a su madre por la prenda y salió de la casa junto al mayor hacia la escuela, donde hace unos minutos, no quería asistir.
Quien lo viera se burlaría por lo infantil que luce con el suéter que le dio su madre, pero, toda su vida, la opinión de los demás es lo que menos le ha importado, fácilmente podía ignorar cualquier comentario que no sea de utilidad.
De todas formas el intentar poner un poco de su atención a las ofensas es de por sí es tonto debido a su condición.
Continuó caminando junto a Minho mientras él le contaba sobre sus amigos, cómo los había conocido o cosas que debía saber de la escuela. El menor escuchaba atento las palabras de su mayor.
