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«— Dónde sea que vaya, tú vendrás conmigo

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«— Dónde sea que vaya, tú vendrás conmigo. No importa el lugar, siempre estaremos juntos».

«—¡Prometo despertarte con un rico desayuno cuando vuelva!»

No. Él ya no volvería.

MinLing observa aquel cuerpo que se encuentra acostado en la fría camilla de metal. Allí estaba su hermano, su mellizo, su otra mitad y por la cual seguía de pie despertándose cada día para no caer nuevamente en una profunda depresión.

—¿Kun?— Susurra con su voz rota.

«—¿Qué sucede, Ling? ¿No puedes dormir? Ven, aquí hay espacio. Solo procura no patearme»

—¿Qian Kun, me escuchas?— Acercándose lentamente, parpadea varias veces dejando caer las primeras lágrimas.

«— Levántate y prepárate. Hoy nos iremos con YangYang y Hendery a pasar el día en la playa, tú vendrás con nosotros y no acepto un «no» por respuesta, vamos».

—¿Hermano?— Frenando solo a centímetros del cuerpo, muerde su labio inferior el cual tiembla con violencia— Papá— Llama a su progenitor y voltea hacia el mayor— K-kun no responde, él...

El padre de los mellizos Qian se saca sus gafas y procede a limpiar el agua que cae de sus orbes. Acercándose hasta MinLing, lo sostiene de sus hombros obligándolo a que lo mire fijamente.

En los bonitos ojos de MinLing hay un sinfín de sentimientos, pero el miedo predomina ésos brillosos orbes que aguantan soltar alguna que otra lágrima.

— MinLing...— Hablándole en voz baja, siente un nudo en su garganta el cual traga con fuerzas—. Kun no volverá, él-

—¡No!— Rápidamente su hijo se niega y vuelve a mirar donde su hermano está— Él me prometió volver, é-el dijo que volvería a casa y me despertaría con un desayuno para celebrar nuestro cumpleaños, él me dijo que no me dejaría nunca y que donde fuera yo estaría a su lado— MinLing dice con rapidez y su respiración se vuelve irregular—¡Él me prometió que nunca me dejaría, papá!

Un grito desgarrador brota de la garganta del mellizo de Kun y sus piernas buscan ceder ante el profundo dolor que siente pero su padre no lo deja caer, lo sostiene con todas sus fuerzas.

—No, no, no— Niega repetidas veces—¡Kun, no! ¡No me pueden quitar así a mi hermano!

Verlo allí tan vulnerable, tan golpeado y con un montón de marcas en su rostro le hacían sentir unas inmensas ganas de vomitar y matar al causante del sufrimiento que tuvo que pasar Kun.

—¡Kun, óyeme!— MinLing intenta safarze del agarre de su padre pero este se lo impide—¡Me prometiste no dejarme! ¡Y una promesa se cumple! ¡¿Me oyes?!

Sin poder soportar más tiempo, el mayor de los Qian murmura:— Por favor, tapen a mi hijo. Es él, es Qian Kun.

Los médicos forenses aceptan el pedido y poco a poco vuelven a tapar el cuerpo de Kun ocasionando que MinLing se niegue ante la cruda realidad que estaba viviendo a las 15:50 de la tarde.

La Tragedia De Busan [NCT] [finalizada]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu