La Tragedia De Busan [NCT] [finalizada]

34✓

   
   
—¿Qué sucede Luhan?—John se acerca al muchacho que mantiene un semblante neutro.

Siendo casi las cinco de la tarde, John siente su cuerpo más que débil. No ha dormido bien en días, la situación era muy tensa y sus nervios estaban al borde de explotar.

Hace tan solo media hora trasladaron a Zhong Chenle, Lee Taeyong y Lee Jeno a la prisión.

Ni Chenle ni Taeyong quisieron hablar, no soltaron ni un maldito monosílabo en lo que ellos intentaron. Pues parecían haber hecho un odioso pacto.

— Wong Yukhei quiere hablar con ustedes—le informa—. Dice que puede dar más información si así lo desean.

A John se le escapa un suspiro de alivio. Quizás se sentía así por el simple hecho de que, al menos uno, sí tenía el incentivo de hablar. Pero claro está, también sabía que cada información que Yukhei le diera, debía de ser tomada con pinzas e incluso, evaluar que tan cierta sea.

—Bien, ¿quién está conmigo?

— El Oficial Moon—John asiente lentamente y suelta otro suspiro de cansancio—. El Oficial Kim está en el bosque, aún siguen en busca de algún rastro del cuerpo de Huang Guanheng y también de Dong Sicheng.

Solo esperaba que Doyoung tuviera éxito y encontrarán cuanto antes esos dos cuerpos. Primeramente porque debían de entregarle a los familiares de Guanheng sus restos y segundo, también querían saber cómo es que Renjun terminó asesinandolo.

¿O podía ser una estupidez más que salió de la boca de Jeno? A ese punto, Johnny ya no sabía que creer.

— Perfecto, ve por él yo estaré en la sala de interrogación. ¿Yukhei está ahí o debo esperarlo?

— Jihoon lo trasladó hasta la sala, así que debe de estar esperándolo, Oficial.

Sin decir nada más, John se encamina hasta dicha sala y puede sentir como todo se vuelve mucho más tenso de lo normal. La comisaría había entrado en un estado de silencio sepulcral, casi nadie emitía una palabra, solo se dedicaban a hacer lo suyo o mirar la televisión en busca de algún canal en donde no estén dando sobre el caso.

Un caso que comenzaban a titular como La Tragedia de Busan.

Y él no sabía cómo tomarlo para ser sincero. Sí, fue una completa tragedia lo que sucedió. Sin embargo, escucharlo era diferente que pensarlo.

Restregando un poco su rostro, toma una profunda respiración y sostiene el picaporte que lo conducía a la sala. Sin embargo, una mano se posa en su hombro izquierdo y sabe que es Taeil, pues su característico perfume lo delata.

—¿No quieres que me encargue de esto yo solo, John? No has dormido nada, estoy seguro que estás cansado.

Quería dormir. Quería dormir y despertar con la noticia de que todo fue una pesadilla.