La Tragedia De Busan [NCT] [finalizada]

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—Maldición Naeun, ¿dónde demonios estás?—molesto, John le pregunta.

—Lo siento John, pero la carretera está fatal y hay cinco marchas en la ciudad, los atajos están cortados.

El hombre suspira pesadamente y revuelve sus cabellos con desespero. Sabía muy bien cuál era una de esas marchas, pues sus ojos se encuentran pegados a la pantalla del televisor que hay en la oficina de Taeil. Allí observa cómo una gran cantidad de personas tienen velas prendidas, fotos y cárteles con los rostros y nombres de los nueve muchachos.

«¡Queremos justicia por los nueve chicos!»

«En honor a Jaehyun, Kun, Jisung, YangYang y JungWoo»

«Porque yo tengo hijos, salgo a luchar porque esto no suceda más»

« Exigimos la aparición con vida de Jaemin, Renjun, Yuta y Guanheng »

Todos marchaban en paz, cada tanto podía escuchar aplausos y ver cómo los padres de los chicos iban en frente de todos con las fotos de sus hijos y hermanos, le traía angustia.

— Intenta buscar otro atajo, necesito saber lo que encontraste.

Y sin más que decir, cuelga la llamada. Su cuerpo quiere descansar pero su mente no se lo permite, no quiere frenar está búsqueda exhaustiva. Necesita encontrar a los cuatro muchachos restantes.

Aferrando su agarre al escritorio de Taeil, cierra sus ojos por unos segundos y se imagina a él mismo en aquel Primero de Enero dónde aún no sabía de la existencia de estos jóvenes, en donde creyó que podía irse a casa tranquilamente y tener un buen inicio de año.

—¿Oficial Seo?—alguien llama por él y lo que Johnny creyó de tener un momento de paz, se va al bote en cuestión de segundos—. Hay alguien que quiere hablar con usted.

—¿Quién es?

Volteando hacia el muchacho llamado Luhan, puede descifrar el cansancio que también lleva en su cuerpo. En realidad, él no era el único exhausto en esto. Todo el cuerpo policial estaba trabajando arduamente y sabe la frustración que llevan todos por no poder hallar al culpable.

—La madre de Na Jaemin, Oficial.

Johnny mentiría si dijera que eso no lo sorprendió, por eso mismo su rostro se contrajo mostrando facciones de sorpresa. Parpadeó varias veces e intentó recobrar la postura de confianza que tenía hasta hace unos momentos atrás. Pues para ser sincero, la madre de Jaemin era la única que no hacía acto de presencia en la comisaría.

Mientras los demás padres asistían, por lo menos, dos veces al día, ella solo fue una vez y ya. Solo se limitaba a llamar por teléfono preguntando si pudieron encontrar el cuerpo de Jaemin.