La Tragedia De Busan [NCT] [finalizada]

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—¡Doyoung!— John llama al hombre que se encuentra parado a unos cuantos metros de él.

El nombrado se da vuelta y apenas sonríe. Sus ojos se encuentran más que apagados y hay ojeras debajo de éstos, de hecho, ninguno ha podido conciliar el sueño hace días.

El caso los tiene tan sumergidos en posibles pistas que no pueden seguir con sus vidas como normalmente tienen acostumbrado.

Un día había pasado desde que Seo y Moon supieron sobre la repentina muerte de Lee DongHyuck y desde allí, se encargaron de seguir buscando por todos los rincones de la ciudad mientras la prensa los tachaba de pocos eficientes ante un caso tan delicado como la desapareción de nueve jóvenes, implicando ya dos muertes.

— John, ¿qué haces aquí? Se supone que estarías en la comisaría— Acercándose hasta el chico de cabellos castaños, Doyoung pronuncia lentamente.    

— Sí, pero necesitaba venir— Encogiéndose de hombros, mira hacía todos lados—. Aquí hay tanto por resolver y a la vez muy poco.

—¿Sabes? Comienzo a creer en tu teoría de que los tienen aquí en el bosque— Doyoung también observa el gran bosque que le ofrece una naturaleza única e inigualable—. Pero es tan grande que ni los tres equipos de búsqueda cubren todo el perímetro.

—¿Que hay de la Policía de Seul? Dijeron que ayudarían, incluso los de Daegu están a nuestra disposición.

Comenzando a caminar por uno de los tantos caminos que tiene dicho bosque, John y Doyoung entran poco a poco en lo que sería casi el centro de éste, allí notaban como los Canes entrenados olfateaban en todos los lugares mientras que otros policías ayudaban en la búsqueda terrenal, helicópteros lo hacían por el aire y los buzos aún seguían en la búsqueda de algún que otro cuerpo.

Es lamentable pensarlo así, pero tenían que utilizar todos sus recursos y más.

— Mañana por la mañana llegarán— Responde soltando un pequeño suspiro que se nota gracias al frío intenso que hacía a las nueve de la mañana—. Oye, lamento haberme ido de la comisaría tan de pronto. Es que luego de la conversación con MinLing, recibí una llamada de mi prometida. Estaba enferma.

— No te preocupes, entiendo eso. Después de todo, también tenemos nuestras vidas aparte del trabajo— John murmura y esconde sus manos en el bolsillo delantero de sus pantalones de mezclilla color negro—. Lo importante es que este bien.

— Y lo está— Afirma—. Pero ahora quiero hablarte sobre lo que pude rescatar de las palabras de MinLing.

— Soy todo oídos.

Cruzando otro camino, ellos siguen atentos a todo movimiento que puede haber a sus alrededores y claro está, a lo lejos pueden notar como varios reporteros están haciendo vigilancia por si algo llegará a suceder. John solo rueda sus ojos molesto y Doyoung mantiene un rostro neutro.