¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀
SIRIUS TARAREABA UNA CANCIÓN DE UNA BANDA MUGGLE MIENTRAS SUS AMIGOS TRATABAN DE HACER TAREAS. El ruido ocasionado por Black, más las bromas que de vez en cuando se daban los merodeadores causaban demasiado bullicio en la biblioteca y atraían malas miradas por parte del resto de alumnos que trataban de concentrarse. La bibliotecaria, después de advertirles por última vez que 'cerraran el pico', no tuvo más remedio que echarlos fuera del lugar.
—Joder, que amargada. —Murmuró Sirius una vez estaban lejos del lugar.
—Cállate, Sirius, no me dejaban concentrarme ni a mí. ¡Yo trataba de leer y terminé siendo echado como perro a la calle! —Reclamaba Remus.
A James y a Peter les daba igual la situación, el año de Hogwarts estaba ya avanzado, sin embargo, muchos dudaban tener futuro debido a la situación complicada del mundo mágico. A lo lejos, pudieron observar un grupo de estudiantes de túnicas negras con verde cuchichear entre ellos compartiendo muecas de asco. Entre los pocos estaba el menor de los Black, Regulus.
Su aspecto últimamente era cansado, con ojeras, un poco más delgado de lo usual, el cabello desordenado y un leve olor a cigarrillo lo acompañaba. Al pasar de cerca, Sirius inmediatamente volteó la mirada, Remus se rascó incómodo la nuca, Peter quedaba viendo curioso al grupo de 'raros' y James simplemente no sabía a quien observar. Quisieron pasar de largo por cuestión de madurez, pero los Slytherin los retuvieron poniéndose de frente y bloqueándoles la pasada.
—Vaya, pero si son los traidores, el raro y el maloliente. —Un chico cabello rojizo, con una cicatriz en la mejilla y aspecto intimidante se refirió a James y a Sirius primero, luego a Remus y de último a Peter.
—Háganse a un lado, no queremos problemas. —Habló Remus primero causando que el mismo pelirrojo y otros tres rieran mientras Regulus permanecía serio. —Reg, ¿que este no es tu hermano? ¿Qué sugieres que hagamos con él?
Antes de que Regulus pudiera contestar, unas risas interrumpieron al grupo, eran Adelaide y Aegea. Ambas miraron extrañadas el encuentro y se apresuraron en llegar al lugar.
—Y llegaron las novias al rescate. —Se burló uno de los Carrow que estaban presentes en el lugar. —¿Aegea? ¿Qué apellido tienes?
—No es de tu incumbencia. —Contestó la griega cortante.
