iii. apollo

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III. APOLLO

                   TAL Y COMO AEGEA SUPUSO no podría ir a casa para navidad

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TAL Y COMO AEGEA SUPUSO no podría ir a casa para navidad. Era un poco deprimente ver como todos se iban alegres y a celebrar a sus casas y unos pocos se quedaban en Hogwarts. Pero no podía hacer nada, ni ir a visitar a su familia ni ir donde sus amigos.

—¿Estás segura de que no quieres ir a mi casa a pasar las fiestas? A mis madres no les molestará. —Adelaide insistió cómo por décima vez.

—Addy, ya te dije que no es que no quiera, simplemente no me dieron permiso.

—Lo sé, lo sé, —la chica se sentó arriba de su baúl para poder cerrarlo y luego siguió hablando. —¡Es solo que no entiendo a tus padres! No quieren que vayas a tu casa y tampoco a mi casa, pasarás sola las fiestas...

Aegea sonrió con tristeza.

—Sí, bueno... yo tampoco los entiendo. Tú no te preocupes, ¿si? Pásala bien con tu familia y no te amargues que te salen arrugas —bromeó.

En el poco tiempo que Aegea llevaba en Hogwarts, se había vuelto muy cercana con la rubia. Adelaide había ayudado a su amiga a integrarse sin problemas la curso y no le molestaba ayudarla en algunas clases que ella no tenía en su país. La única cosa que nadie había logrado era hacer que Aegea se subiera en una escoba y bueno, eso no lo lograrían tan pronto.

Al irse Adelaide, a la griega se le ocurrió salir de su cuarto e ir a ver quienes aún quedaban en su sala común y para su mala suerte, habían menos de diez personas ahí. Gente que aún ni siquiera conocía, por lo tanto simplemente volvió a subir a su habitación a dormir y a esperar la cena.

A la hora de la cena, no se molestó en cambiarse, simplemente se fue con su pijama y no le importó quienes la iban a ver, después de todo solo eran menos de cincuenta personas en Hogwarts y ni la notaron porque iba completamente en silencio. Lo que sí tenía que agradecer de haberse quedado es que había mucha comida para ella sola, por lo tanto, esa navidad fue el día donde Aegea más comió. Incluso llevó comida a su cuarto para no leer tan aburrida.

Y cuando ya casi se estaba quedando dormida, escuchó un fuerte chasquido en su habitación y rápidamente tomó su varita para alumbrar.

—¡Sorpresa! —Una silueta de un tipo apareció mientras este mismo sacudía sus manos como quienes bailan jazz. —Santa Claus ha llegado.

—¡Apollo! —Chilló Aegea con emoción, rápidamente se levantó de su cama y corrió a abrazarlo. —Por merlín, no puedo creer que estás aquí.

—¿Merlín? ¿Qué es esto? ¿Peter nieves?—Apollo se burló.

—Es Peter Pan, idiota... y en Peter Pan no hay magos. —la chica se burló y Apollo se puso rojo.

—Ya lo sabía —murmuró el dios cruzado de brazos tal cual infante. —¿Cómo te ha ido aquí? ¿Hay alguien que te haya tratado mal? ¿Alguien interesante para conocer?

GODDESS,   james potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora